La diabetes se ha convertido en un asunto de salud pública de relevancia global debido a que en las últimas décadas ha incrementado su incidencia y su mortalidad en países de todos los niveles de ingresos.
“Aproximadamente 62 millones de personas en las Américas (422 millones de personas en todo el mundo) tienen diabetes, la mayoría vive en países de ingresos bajos y medianos, y 244.084 muertes (1.5 millones en todo el mundo) se atribuyen directamente a la diabetes cada año”, ha informado la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Es por eso que científicos de todo el mundo han incrementado sus esfuerzos con miras a investigar más detalles de la diabetes, las causas que la provocan y los posibles tratamientos que puedan ayudar a reducir su gravedad.
Recientemente, científicos de Weill Cornell Medicine, la Escuela de Medicina de la Universidad de Cornell (Estados Unidos), publicaron una investigación en la prestigiosa revista científica Nature Cell Biology, que se proponía buscar alternativas para tratar la diabetes.
Durante el estudio, los investigadores encontraron que las células madre que están alojadas en el estómago de los seres humanos pueden ser convertidas en células que producen insulina, la hormona que por lo general es secretada en el páncreas y ayuda a regular los niveles de azúcar que tienen los pacientes en la sangre. Las pruebas se hicieron en ratones que estaban padeciendo de diabetes.
“Los investigadores demostraron que podían tomar células madre obtenidas del tejido estomacal humano y reprogramarlas directamente, con una eficiencia sorprendentemente alta, en células que se parecen mucho a las células pancreáticas secretoras de insulina conocidas como células beta. Los trasplantes de pequeños grupos de estas células revirtieron los signos de la enfermedad en un modelo de ratón con diabetes”, indicó la Universidad de Cornell a través de un comunicado de prensa.
Así mismo, señalaron que se trata de un ensayo preclínico, por lo cual es fundamental seguir profundizando en nuevas investigaciones.
“Este es un estudio de prueba de concepto que nos brinda una base sólida para desarrollar un tratamiento, basado en las propias células de los pacientes, para la diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2 grave”, dijo el autor principal del estudio, el doctor Joe Zhou, quien además es profesor de medicina regenerativa y miembro del Instituto Hartman para la Regeneración Terapéutica de Órganos en Weill Cornell Medicine.
La institución universitaria recordó que solo en Estados Unidos los cálculos de las autoridades apuntan a que cerca de 1,6 millones de personas padecen diabetes tipo 1, que se presenta cuando el sistema inmune destruye las células del páncreas.
A su vez, advirtió que también hay varios millones de personas que padecen de diabetes tipo 2 grave, que es la clase de diabetes más frecuente en la población y está asociada a factores de riesgo como la mala alimentación y la obesidad.
Además, apunto que en la actualidad las personas diagnosticadas con diabetes requieren de inyecciones de insulina manuales o con una bomba portátil. No obstante, señaló que estas opciones presentan múltiples complicaciones para los pacientes como el dolor, la falta de control eficiente de la glucosa y el uso de equipos que pueden desmejorar la calidad de vida.
En esa medida, señaló que “los investigadores biomédicos tienen como objetivo reemplazar la función de las células beta de una manera más natural, con trasplantes de células humanas que funcionan como las células beta: detectan automáticamente los niveles de azúcar en la sangre y secretan insulina según sea necesario. Idealmente, dichos trasplantes utilizarían las propias células de los pacientes para evitar el problema del rechazo del trasplante”.
Se trata de un trabajo que el investigador Zhou y sus colaboradores vienen ejecutando desde hace más de 15 años.
“El estómago produce sus propias células secretoras de hormonas, y las células del estómago y las células pancreáticas son adyacentes en la etapa embrionaria de desarrollo, por lo que en ese sentido no es del todo sorprendente que las células madre gástricas puedan transformarse tan fácilmente en insulina tipo beta”, concluyó el doctor Zhou.