El timo es una glándula que está ubicada en la parte anterior del tórax y que tiene una estructura tridimensional única y compleja. Un órgano que, debido a su importancia, viene siendo estudiado por la ciencia desde hace varios años.
Este miércoles, un equipo científico ha identificado en dicha glándula células madre, lo que supone una nueva vía para entender el cáncer, las enfermedades inmunitarias o cómo estimular el sistema inmunológico.
Detrás de esta investigación está un grupo de investigadores del Instituto británico Francis Crick, cuyos resultados fueron publicados en la revista Developmental Cell.
Lo que se sabe hasta ahora
El timo es una glándula situada en la parte anterior del tórax, el lugar donde los timocitos (las células del timo) maduran hasta convertirse en linfocitos T, conocidas como las células inmunitarias especializadas y que resultan cruciales para combatir numerosas enfermedades.
Como se sabe, los linfocitos son células que circulan en la sangre y son parte del sistema inmunológico. Hay dos tipos principales de linfocitos: células T y células B. Las células B producen anticuerpos los cuales se unen y destruyen los virus o las bacterias invasoras.
Estos ayudan a combatir las enfermedades, por lo que es normal que la cantidad de linfocitos aumente temporalmente después de una infección. En las personas adultas, un recuento notablemente mayor que 3.000 linfocitos en un microlitro de sangre se considera, en general, linfocitosis.
El timo es su hogar. Una glándula con una estructura tridimensional única y compleja, que incluye un epitelio (un revestimiento de células capaces de guiar la maduración de las células T) que forma una malla a lo largo de todo el órgano y alrededor de los timocitos, explica un comunicado del Instituto Francis Crick.
Como es relativamente inaccesible y se encoge con el paso de la edad, y porque su función se descubrió hace solo unas décadas, el timo únicamente se ha investigado durante un corto período de tiempo en comparación con otros órganos del cuerpo.
Hasta ahora, los científicos creían que no contenía células madre epiteliales “verdaderas”, sino solo progenitoras surgidas en el desarrollo fetal.
Sin embargo, estos hallazgos muestran por primera vez la presencia de células madre autorrenovables que dan lugar a las células epiteliales tímicas, que instruyen a los timocitos para convertirse en células T.
Esto sugiere que el timo desempeña una importante función regenerativa más allá de la infancia, que podría aprovecharse para reforzar el sistema inmunitario.
Los investigadores descubrieron que las células madre expresan una variedad de genes que les permiten dar lugar a muchos tipos celulares que antes no se consideraba que tuvieran un origen común.
Pueden convertirse tanto en células epiteliales como musculares y neuroendocrinas, lo que pone de relieve la importancia del timo en la regulación hormonal. También constataron un potencial regenerativo notable y aún sin explotar.
“Resulta paradójico que las células madre del timo, un órgano que se reduce de tamaño a medida que envejecemos, se regeneren tanto como las de la piel, un órgano que se reemplaza a sí mismo cada tres semanas”, señala la investigadora Roberta Ragazzini.
“El hecho de que las células madre den lugar a tantos tipos celulares diferentes apunta a funciones más fundamentales del timo en la edad adulta”.
En algunas personas, el timo no funciona correctamente o su sistema inmunitario tiene una capacidad reducida. Los hallazgos de hoy sugieren que en estos casos podría ser útil estimular las células madre para hacer crecer de nuevo el timo y rejuvenecer su sistema inmunitario