Este 14 de enero, el Gobierno chino reconoció que ha reportado casi 60.000 muertes relacionadas con la covid-19 en poco más de un mes. El anuncio es la primera cifra importante de fallecidos publicada por ese país desde que flexibilizó sus estrictas medidas sanitarias en diciembre pasado.
Antes de desmontar todas sus medidas de forma intempestiva, la estrategia de China era conocida mundialmente como cero covid y apuntaba a confinar y restringir de forma estricta la movilidad de los ciudadanos en las zonas donde se registraran brotes del coronavirus.
Además, a esto se sumaban las medidas de tamizaje masivo. Es decir, lo que hacían era tomar muestras de coronavirus de miles de personas al mismo tiempo para seguirle la pista al virus. Así, por ejemplo, lograron identificar a miles de personas que se habían contagiado, pero eran asintomáticas.
Las medidas estrictas, sin embargo, le causaron problemas a China con la comunidad internacional y con sus propios ciudadanos.
Por un lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) criticó el hecho de que se confinara masivamente a la población, debido a que esto evitaba que tuviera contacto con el virus y, con ello, impedía que los ciudadanos consiguieran una inmunidad híbrida. Es decir, no permitía que consiguieran una protección inmunitaria que solo tiene el cuerpo cuando ya ha estado expuesto al virus y ha recibido la vacunación anticovid.
En esa medida, la OMS temía que hubiera brotes de coronavirus a gran escala, si se tiene en cuenta que China es el país más poblado del mundo.
De otro lado, las medidas del Gobierno chino también generaron un fuerte malestar interno. El hecho de que se restringiera tanto la libertad de los ciudadanos con la excusa del virus provocó un enojo social que puso en aprietos a las autoridades.
De hecho, hubo fuertes protestas, pues los manifestantes mostraban fatiga por las rígidas decisiones que estaba tomando su gobierno para preservar la salud pública. Pues bien, a principios de diciembre las autoridades decidieron que dejarían de aplicar medidas extremas para contener la pandemia de covid-19.
Pero, a la par, dejaron de publicar las cifras de contagios con la misma regularidad de antes, cambiaron la metodología para contabilizar las muertes por covid-19 y señalaron que estos datos no eran tan necesarios, lo cual volvió a despertar desconfianza en la comunidad internacional.
“Un total de 59.938″ muertes relacionadas con el covid-19 se registraron “entre el 8 de diciembre de 2022 y el 12 de enero de 2023″, declaró en una rueda de prensa Jiao Yahui, jefa de la oficina de administración médica de la Comisión Nacional de Salud.
Este balance, sin embargo, no contabiliza los fallecimientos registrados fuera de los hospitales.
La cifra incluye 5.503 muertes causadas por insuficiencia respiratoria debida directamente al virus, y 54.435 muertes causadas por enfermedades subyacentes combinadas con el covid, dijo Jiao. China ha sido acusada de no declarar todas las muertes causadas por el virus desde que abandonó su política cero covid en diciembre.
Según las autoridades sanitarias, la edad media de los fallecidos es de 80,3 años y más del 90 % de las víctimas mortales tenían más de 65 años. La mayoría sufría enfermedades subyacentes.
Por su parte, un reciente estudio de la Universidad de Pekín, que fue reseñado por el medio BBC, mostró la gran cantidad de personas que ya se habrían contagiado a raíz de los nuevos brotes de coronavirus.
Según los cálculos de esa fuente alrededor de 900 millones de personas en territorio chino ya se habrían contagiado de coronavirus.
La molestia de la OMS
Las entidades de salud pública internacionales han puesto la lupa en la situación de China, pues tiene en vilo al mundo. El hecho de que los contagios se hayan acelerado tanto en las últimas semanas es un riesgo de salud pública, debido a que aumenta las probabilidades de que aparezca una variante de coronavirus que resulte amenazando los avances de los planes de vacunación y el descenso constante de muertes y hospitalizaciones que ha registrado el mundo en meses pasados.
La OMS, por ejemplo, ha sido una dura crítica con la gestión sanitaria y las políticas que ha aplicado China durante esta coyuntura.
“Seguimos pidiendo a China datos más rápidos, regulares y fiables sobre hospitalizaciones y muertes, así como una secuenciación del virus más completa y en tiempo real”, dijo recientemente el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
*Con información de AFP.