De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cerca de 15 millones de personas sufren un ataque cerebrovascular (ACV) cada año. Dicho ataque se ha convertido en una de las principales causas de discapacidad y muerte en el mundo, y ocurre cuando se interrumpe el flujo sanguíneo al cerebro, ya sea por un trombo (ACV isquémico) o por la ruptura de un vaso sanguíneo (ACV hemorrágico).

Lo grave es que, de ese total, se estima que unos 6,5 millones mueren y por lo menos otros 5 millones terminan con discapacidades permanentes. Por ello, para los expertos se hace urgente implementar medidas efectivas de prevención y atención oportunas.

Todas las personas presentan riesgo de tener un ataque cerebrovascular, sin embargo, factores como la diabetes, colesterol alto y estilos de vida no son saludables, incrementan el riesgo.

La hoja informativa global de la Organización Mundial de Ataques Cerebrovasculares (World Stroke Organization o WSO por sus siglas en inglés) de 2022 reveló que el riesgo de sufrir un ACV en la vida aumentó un 50 por ciento en los últimos 17 años, con la estimación de que una de cada cuatro personas lo experimentará.

La incidencia de ACV, 1990 y 2019, creció un 70 por ciento, mientras que las muertes aumentaron un 43 por ciento. Cada año se registran más de 12,2 millones de nuevos casos, lo que equivale a un derrame cerebral cada 40 segundos y una muerte cada cuatro minutos por esta condición.

“Los ataques cerebrovasculares suelen estar relacionados con la hipertensión, la diabetes y el tabaquismo. Existen factores de riesgo que se pueden cambiar, como la obesidad y el sedentarismo, y otros que no, como la edad, el género y el historial familiar. Para reducir el riesgo es fundamental llevar un estilo de vida saludable y una alimentación equilibrada y dedicar al menos 150 minutos a la semana a hacer ejercicio. Es muy importante entender que actuar con rapidez es crucial, durante un ataque cerebrovascular, se pueden perder cerca de dos millones de neuronas por minuto, lo que equivale a alrededor de 32.000 neuronas cada segundo”, explica Diana Katherine Mantilla Barbosa, neuróloga vascular y endovascular del Hospital San Vicente Fundación Medellín.

En ese sentido, la Asociación Colombiana de Neurología lanzó la campaña Corre+ para concientizar sobre la importancia de reconocer y detectar un ataque cerebrovascular a tiempo. Esta iniciativa subraya que actuar rápidamente puede reducir secuelas y salvar vidas.

Cada minuto cuenta en el tratamiento de esta emergencia médica, por lo que se debe empoderaer a la comunidad para que identifique los síntomas y busque atención inmediata. Por ello, se debe tener en cuenta a aspectos como:

1. Rostro torcido y confusión. Dificultad para entender o procesar información, lo que puede llevar a comportamientos inusuales y facciones en el rostro disparejas, como por ejemplo al sonreír evidenciando que una parte del rostro se cuelga o está paralizada.

2. Alteración visual. Visión borrosa o doble, que pueden afectar un ojo o ambos.

3. Dificultades al hablar. Las personas que presentan un ACV comúnmente tienen dificultades para hablar o expresarse correctamente, lo que genera una confusión repentina.

Un signo de alarma de ACV es la alteración del equilibrio o debilidad en un lado del cuerpo. Sensación de adormecimiento o parálisis en la cara, brazo o pierna, generalmente en un solo lado. | Foto: Archivo Particular

4. Rápida debilidad en brazos, piernas o ambos. Pérdida de coordinación o debilidad en los brazos y las piernas, dificultando el movimiento.

5. Alteración del equilibrio o debilidad en un lado del cuerpo. Sensación de adormecimiento o parálisis en la cara, brazo o pierna, generalmente en un solo lado.

Identificar y responder a estos signos puede ser crucial para el tratamiento y la recuperación. Y se destaca la importancia de actuar con rapidez ante cualquier señal de alerta para asegurar una atención adecuada.

“La terapia endovascular neurológica está diseñada para abordar de manera óptima las lesiones cerebrales, que son responsables de una alta tasa de muertes y discapacidades tanto en Colombia como a nivel mundial. Esta terapia incluye tratamientos avanzados para pacientes con ACV, respondiendo a la necesidad de ofrecer atención efectiva y rápida. Asimismo, a través del Código ACV, se implementa un protocolo que agiliza y mejora la atención de los pacientes que ingresan a urgencias, asegurando que reciban atención prioritaria de un equipo multidisciplinario de especialistas disponible las 24 horas, los siete días de la semana”, expresó la doctora Mantilla Barbosa.

Así mismo, el papel de la rehabilitación en los pacientes que sufren un ACV es crucial para ayudarles a recuperar habilidades y mejorar su calidad de vida.