La diabetes es una enfermedad crónica que se produce a causa de un déficit parcial o total en la producción de insulina por parte del páncreas que impide que la glucosa se transfiera a las células para usarla como combustible. En consecuencia, el azúcar se posa en el torrente sanguíneo e impide el flujo.

Cuando se habla de diabetes tipo I, los expertos de Medline Plus señalan que responde a un origen genético. Por lo cual, los malos hábitos están relacionados al tipo II, el cual es consecuente de varios factores, como lo son la obesidad, alimentación poco saludable y sedentarismo. Todos estos factores externos pueden alterar la producción de insulina.

Adicionalmente, aspectos como el calor pueden tener efectos adversos en las personas con diabetes. Estos son algunos de ellos:

Deshidratación: el calor puede aumentar la sudoración, lo que lleva a la pérdida de líquidos y, en consecuencia, a la deshidratación. La deshidratación puede elevar los niveles de glucosa en sangre, ya que hay menos agua en el cuerpo para diluir la glucosa.

Aumento de la glucosa en sangre: el calor puede hacer que el cuerpo libere hormonas de estrés como la adrenalina y el cortisol, lo que puede aumentar los niveles de glucosa en sangre.

La diabetes es una enfermedad crónica que se produce a causa de un déficit parcial o total en la producción de insulina por parte del páncreas que impide que la glucosa se transfiera a las células para usarla como combustible. | Foto: Jan-Otto

Efectos en la insulina: las altas temperaturas pueden afectar la forma en que el cuerpo utiliza la insulina. El calor extremo puede hacer que la insulina se descomponga más rápidamente, lo que puede afectar su eficacia.

Daños en medicamentos y equipos: las altas temperaturas pueden afectar la eficacia de los medicamentos para la diabetes y de los dispositivos como los medidores de glucosa y las bombas de insulina. Es importante mantener estos productos en un lugar fresco y protegido del calor.

Problemas circulatorios y de la piel: el calor puede agravar problemas circulatorios y causar hinchazón en los pies y las piernas, lo que puede ser particularmente problemático para las personas con diabetes que ya tienen problemas de circulación. Además, el calor y la humedad pueden aumentar el riesgo de infecciones cutáneas.

Para mitigar estos efectos, es crucial que las personas con diabetes tomen precauciones adicionales durante el calor extremo, como mantenerse bien hidratadas, monitorear más frecuentemente sus niveles de glucosa en sangre, y proteger sus medicamentos y equipos del calor.

Tipos de diabetes

De acuerdo con el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales, que hace parte de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, que existen tres tipos principales de diabetes: tipo 1, tipo 2 y la diabetes gestacional.

Diabetes tipo 1: el cuerpo no produce insulina porque el sistema inmunitario ataca y destruye las células del páncreas que la producen. Por lo general, se diagnostica la diabetes tipo 1 en niños y adultos jóvenes, aunque puede aparecer a cualquier edad. Las personas con diabetes tipo 1 tienen que usar insulina todos los días para sobrevivir.

La diabetes es una enfermedad crónica. | Foto: © Jonathan Knowles 2015

Diabetes tipo 2: el cuerpo no produce o no usa la insulina adecuadamente. La diabetes tipo 2 puede aparecer a cualquier edad, incluso durante la infancia. Sin embargo, este tipo de diabetes se presenta con mayor frecuencia en las personas de mediana edad y en los ancianos, siendo este es el tipo más común de diabetes.

Diabetes gestacional: afecta a algunas mujeres durante el embarazo. La mayoría de las veces, este tipo de diabetes desaparece después de que nazca el bebé. Sin embargo, cuando una mujer ha tenido diabetes gestacional, tiene mayor probabilidad de sufrir de diabetes tipo 2 más adelante en la vida. A veces, la diabetes que se diagnostica durante el embarazo es en realidad diabetes tipo 2.