La presión arterial alta es uno de los principales problemas de salud pública para las autoridades sanitarias. Esta se presenta cuando la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos sanguíneos es muy fuerte.
Es una prioridad para los profesionales de la salud debido a que se considera como un factor de riesgo para desarrollar múltiples enfermedades no transmisibles que están entre las principales causas de muerte en el ámbito global.
Quienes padecen hipertensión pueden tener múltiples consecuencias negativas en su organismo, aunque no lo noten. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que alrededor del 46 % de los adultos que padecen de hipertensión no saben que la tienen.
A su vez, los pacientes ignoran que también pueden presentar dificultades con sus riñones, pues son órganos sensibles a la presión arterial alta.
“Los riñones desempeñan un papel clave para mantener la presión arterial de una persona dentro de los límites saludables, y a su vez, la presión arterial puede afectar la salud de los riñones. La presión arterial alta, también llamada hipertensión, puede dañar los riñones y provocar insuficiencia renal crónica”, sostiene el National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases de Estados Unidos (Niddk).
Esa fuente médica explica que cuando las personas tienen presión arterial alta su corazón se ve obligado a trabajar más.
Esto a su vez puede minar la salud de los vasos sanguíneos de todo el cuerpo. En el caso de los riñones, estas dificultades implican que habrá problemas a la hora de realizar procesos como la eliminación de los desechos y el exceso de líquidos en el organismo.
“Entonces, puede que el exceso de líquido en los vasos sanguíneos aumente aún más la presión arterial. Es un ciclo peligroso”, advierte el Niddk.
Por eso se considera que la hipertensión es una de las causas principales de la insuficiencia renal, que se presenta cuando los riñones pierden la capacidad de eliminar los desechos del cuerpo.
“Las personas con insuficiencia renal deben recibir un trasplante de riñón o someterse a tratamientos de diálisis; es decir, tratamientos regulares para purificar la sangre”, agrega la fuente médica.
Y señala que cada año solo en Estados Unidos la hipertensión es la culpable de 25.000 casos de insuficiencia renal.
Pero una de las principales dificultades que encuentran médicos y pacientes a la hora de identificar la presión arterial alta es que, por lo general, se trata de un padecimiento silencioso, que no genera síntomas visibles a menos de que se agrave. La única forma de identificarla es, entonces, examinar la presión arterial con la ayuda de un equipo médico.
¿Quiénes están en mayor riesgo?
De acuerdo con la entidad sanitaria estadounidense, todas las personas pueden tener riesgo de enfermarse de insuficiencia renal a raíz de tener una presión arterial alta. Pero hay poblaciones que son estadísticamente más vulnerables a estos padecimientos.
“Los afroamericanos tienen más probabilidades que los caucásicos de sufrir de presión arterial alta y los problemas renales relacionados, incluso cuando su presión arterial solo está un poco elevada. De hecho, los afroamericanos tienen seis veces más probabilidades que los caucásicos de padecer insuficiencia renal relacionada con la hipertensión”, explica el Niddk.
También advierte que los pacientes que han sido diagnosticados previamente con diabetes están más expuestos a la insuficiencia renal.
Por ello, ambas poblaciones deben ser tenidas en cuenta por las personas que trazan políticas de salud pública y los profesionales sanitarios a la hora de implementar acciones para prevenir o detectar a tiempo la hipertensión.
Así mismo, se pueden usar algunos medicamentos para tratar de evitar la aparición de la presión arterial alta y la insuficiencia renal en las personas afroamericanas.
“Si bien los inhibidores de ECA ayudan a reducir el riesgo de insuficiencia renal, son menos eficaces en la disminución de la presión arterial en los africanoamericanos que en los caucásicos”, indica la fuente sanitaria.