El corazón es un órgano vital que es del tamaño del puño de la persona, “está compuesto de tejido muscular y bombea sangre que se transporta a todo el cuerpo a través de los vasos sanguíneos, por unos tubos llamados arterias y venas. El proceso de transportar la sangre en todo el cuerpo se llama circulación”, indica los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades.
Entre las enfermedades más comunes está la enfermedad isquémica del corazón, que según la Organización Panamericana de la Salud, “se refiere a las condiciones que implican el estrechamiento o bloqueo de los vasos sanguíneos, causada por daño al corazón o a los vasos sanguíneos por aterosclerosis”.
“Una acumulación de placa grasosa que se espesa y endurece en las paredes arteriales, que puede inhibir el flujo de sangre por las arterias a órganos y tejidos y puede conducir a un ataque al corazón, dolor de pecho (angina) o derrame cerebral”, agrega la OPS.
De igual manera, indican que cada año “mueren más personas por enfermedades cardiovasculares (ECV) que por cualquier otra causa. Más de tres cuartas partes de las muertes relacionadas con cardiopatías y accidentes cerebrovasculares (ACV) ocurren en países de ingresos medianos y bajos”.
En Colombia, fallecieron 56.992 personas en los primeros tres meses de 2023 a causa de las enfermedades del corazón, con 11.044 casos, según el Dane (Departamento Administrativo Nacional de Estadística).
Ante este panorama, la doctora Úrsula Hernández, cardióloga de los Centros Médicos Colmédica, entrega recomendaciones para tener un adecuado cuidado de la salud cardiovascular y manifiesta que existen “unos factores de riesgo modificables, los cuales dependen de los cuidados de cada persona con su cuerpo”, como:
- Tener una buena alimentación.
- Realizar ejercicio o actividad física.
- Manejar unos hábitos de vida saludable: evitar el consumo de alcohol y cigarrillos.
- Consultar con el médico ante cualquier signo de alerta en el normal funcionamiento del corazón.
- Manejar adecuadamente las preocupaciones y el estrés.
Por su parte, Mayo Clinic indica que lo mejor es no fumar porque el cigarrillo tiene “sustancias químicas del tabaco pueden dañar el corazón y los vasos sanguíneos. El humo del cigarrillo reduce el oxígeno en la sangre, lo que aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca porque el corazón tiene que esforzarse más para suministrar suficiente oxígeno al organismo y al cerebro”.
También, existen unos factores no modificables, los cuales son los factores genéticos o hereditarios, los cuales no dependen de los cuidados de la persona.
Al acudir al especialista en cardiología es vital que este pueda conocer la historia clínica del paciente, los antecedentes, rutinas y que realice una adecuada valoración inicial para formular los exámenes adecuados e individualizados, de acuerdo con la sintomatología del paciente en conjunto con su historia clínica completa.
En ese sentido, hay diversos exámenes para saber cómo va el corazón de las personas, entre los que se encuentran: Las pruebas de esfuerzo se realizan para saber cómo se comporta el corazón, la frecuencia cardíaca y la tensión arterial, mientras el paciente realiza actividad física en una banda caminadora y se realiza un electrocardiograma.
Así como una ecografía de corazón: el ecocardiograma, en el que se revisa cómo está su función, paredes y válvulas; también hay exámenes que duran 24 horas monitoreando el corazón: el holter electrocardiográfico, consiste en una grabadora de los latidos del corazón para establecer la frecuencia cardíaca, una posible arritmia o bradicardia, según MSD.
También está el examen de monitoreo de tensión arterial durante el día y la noche y, por último, el electrocardiograma. Hay otros exámenes más avanzados con imágenes cardíacas, como el electrocardiograma de estrés, la resonancia magnética nuclear y el cateterismo, para detectar si existen enfermedades coronarias.