Hay múltiples enfermedades osteomusculares que se hacen más frecuentes con el paso de la edad, entre ellas está la espondilosis cervical, que afecta la salud del cuello y puede generar molestias en las personas mayores de 50 años.
Según la Clínica Mayo, la espondilosis se presenta cuando hay un desgaste natural en los discos intervertebrales que se encuentran en el cuello. “A medida que los discos se deshidratan y se encogen, aparecen signos de artrosis, incluso protuberancias óseas a lo largo de los bordes de los huesos (espolones óseos)”, advierte esa fuente médica.
Se trata de una enfermedad muy frecuente, pues se calcula que más del 85 % de las personas mayores de 60 años podrían presentar esta condición médica. De acuerdo con la Clínica Quiropráctica Cervical Superior de Georgia, cerca de tres millones de personas son diagnosticadas anualmente con este padecimiento.
Esto se da debido a que los discos cervicales sirven para amortiguar el contacto que tienen entre sí las vértebras. Como el envejecimiento hace que los discos se deshidraten y se encojan, es más frecuente que las personas empiecen a sentir con mayor rigor ese impacto entre los huesos.
La Clínica Mayo explica que si bien la edad es el principal factor de riesgo, pues los huesos se deterioran con el paso de los años, hay personas que son más proclives a desarrollar dificultades en su cuello.
“Los trabajos que requieren hacer movimientos repetitivos del cuello, adoptar una postura incómoda o trabajar mucho en cosas que se encuentran por encima de la cabeza aumentan la tensión del cuello”, sostiene la clínica.
Las personas que fuman y tienen familiares que también han padecido de estas molestias en el cuello también pueden estar más expuestas a padecer espondilosis. Lo mismo sucede con los pacientes que previamente han presentado lesiones en el cuello, pues podrían haber desarrollado un desgaste en sus huesos debido a esa condición.
En esa medida, tener hábitos saludables, calentar antes de hacer ejercicios y evitar el uso del cigarrillo puede reducir las posibilidades de presentar espondilosis cervical.
“En la mayoría de las personas, la espondilosis cervical no provoca síntomas. Cuando sí se presentan síntomas, los tratamientos no quirúrgicos suelen ser eficaces”, agrega.
No obstante, esa institución señala que en algunas ocasiones esta condición médica puede hacer que se angoste el canal espinal que está dentro de las vértebras. Como allí es donde se encuentran las raíces nerviosas y la médula espinal, los pacientes pueden tener múltiples síntomas que repercuten en su calidad de vida.
Entre otras cosas, la clínica cita afectaciones como la sensación de hormigueo y entumecimiento en miembros como los brazos y las piernas. También puede haber dificultades para caminar de forma adecuada y para controlar la vejiga y los intestinos.
Para tratar esta condición, los profesionales médicos pueden hacer uso de distintas alternativas. “El médico puede remitirlo a fisioterapia. El fisioterapeuta le ayudará a reducir el dolor utilizando estiramientos y le mostrará cómo hacer ejercicios que fortalezcan los músculos del cuello”, indica MedlinePlus, la enciclopedia virtual de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Los profesionales sanitarios también pueden hacer uso de otras terapias como la tracción cervical, que les ayuda a los pacientes a liberar presión en su cuello.
“Usted también puede ver a un masoterapeuta (especialista en masajes), alguien que realice acupuntura o alguien que lleve a cabo manipulación de la columna (quiropráctico, médico osteópata o fisioterapeuta). Algunas veces, unas pocas visitas ayudarán con el dolor del cuello”, señala la enciclopedia de salud.
En casos en los que el dolor no cede a los pacientes, les queda acudir a una intervención quirúrgica que permitirá mejorar los síntomas de la espondilosis.
Incluso, MedlinePlus advierte que algunos pacientes pueden acceder a psicoterapia para aprender a manejar las molestias producidas por esta condición de salud. El tratamiento “puede servir si el dolor está teniendo un impacto serio en su vida. Esta técnica le ayuda a entender mejor su dolor y le enseña cómo manejarlo”.