El paso de los años o el descuido llevan a sentir dolores que llegan a ser demasiado molestos y a interferir con las actividades diarias. Por ejemplo, el dolor de la espalda baja. Ante esta molestia es necesario tomar medidas.
Para ello, Medline Plus tiene bastantes recomendaciones que ayudarán a disminuir el dolor o por lo menos a tratarlo temporalmente, mientras se detecta el daño de raíz.
“Un mito común que se tiene acerca del dolor de espalda es que usted necesita descansar y evitar la actividad por un tiempo prolongado. De hecho, los médicos no recomiendan el reposo en cama. Si usted no tiene ningún signo de una causa grave para el dolor de espalda, (como pérdida del control de esfínteres, debilidad, pérdida de peso o fiebre) permanezca lo más activo posible”, señalan desde la Biblioteca Médica de los Estados Unidos.
Recomendaciones para manejar el dolor
La lista incluye varias actividades que se pueden seguir, pero teniendo en cuenta que cada caso es diferente, por lo que es necesario ser precavido con lo que se decida hacer.
- Suspender la actividad física normal solamente durante los primeros días. Esto ayuda a calmar los síntomas y a reducir cualquier hinchazón (inflamación) en el área del dolor.
- Aplicar calor o hielo en el área que presenta el dolor. Utilizar hielo durante las primeras 48 a 72 horas, luego calor.
- Tomar analgésicos de venta libre.
- Dormir en posición encorvada o posición fetal con una almohada entre las piernas. Si normalmente se acuesta boca arriba, usar algún cojín o accesorio debajo de las rodillas para aliviar la presión.
- Evitar actividades como levantar objetos pesados o torcer la espalda durante las primeras seis semanas después de aparecer el dolor.
- Dejar de hacer actividad física en los días inmediatos posteriores a la aparición del dolor. Luego de dos o tres semanas, retomarlo.
Además, recomiendan, para prevenir futuros dolores, ser consiente de mantener una buena postura, además de fortalecer la espalda, el abdomen, mejorar la flexibilidad o si es el caso, bajar de peso para aliviar la carga de la estructura ósea.
Influencia de las vitaminas en los dolores relacionados con la espalda
Las vitaminas del complejo B, específicamente tiamina o vitamina B1, piridoxina o vitamina B6 y cianocobalamina o vitamina B12, se han utilizado solas o en combinación como complementos alimenticios en casos de deficiencia sérica. Estas vitaminas tienen efectos farmacológicos como la analgesia que, aunque poco difundido, se ha probado de manera experimental y clínica. Cada una de ellas tiene unas funciones determinadas en diferentes procesos:
- La vitamina B1 (Tiamina), juega un importante papel en numerosos procesos metabólicos y es clave en la producción de energía a través de los hidratos de carbono. Además, es fundamental en la contracción muscular y la conducción de las señales nerviosas, participando en la formación de numerosos neurotransmisores, sustancias químicas encargadas de transmitir mensajes por todo el sistema nervioso, aspecto clave para inhibir el dolor.
- La vitamina B6 (Piridoxina), es clave en la regulación del metabolismo de grasas y proteínas y para el correcto funcionamiento del sistema inmunológico. Desempeña un papel esencial en el sistema nervioso, ya que está implicada en el metabolismo de neurotransmisores (serotonina, norepinefrina, dopamina). Además, sirve como catalizador de las primeras etapas de la biosíntesis de la esfingosina y participa en la formación de los constituyentes esenciales de las vainas de mielina de las células nerviosas.
- La vitamina B12 (Cobalamina o cianocobalamina), es indispensable en la formación y maduración de los glóbulos rojos en la médula ósea y para el correcto funcionamiento neuronal. Asociada a la vitamina B1 y B6, se utiliza para el tratamiento de distrofias musculares o inflamación de los nervios (ciática, lumbago).
En conclusión, las vitaminas B1, B6 y B12 tienen efecto analgésico, sobre todo cuando se administran las tres en combinación. Parece que las altas dosis de estas vitaminas pueden aliviar el dolor agudo y potenciar la analgesia causada por no opioides, como antiinflamatorios no esteroideos y metamizol.