La presión arterial es una medición de la fuerza ejercida contra las paredes de las arterias a medida que el corazón bombea sangre al cuerpo. En ese sentido, surge a partir de un proceso natural del organismo, sin embargo, es clave prestar atención a sus niveles.
Según exponen los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH por sus siglas en inglés), la presión arterial alta se desarrolla cuando la sangre fluye a través de las arterias a presiones más elevadas de lo normal.
Para entender cómo se realiza esta medición, es conveniente saber a qué corresponden los valores que la componen.
“La presión arterial se compone de dos números: la presión sistólica y la diastólica. La presión sistólica es la presión cuando los ventrículos bombean sangre fuera del corazón. La presión diastólica es la presión entre latidos cuando el corazón se está llenando de sangre”, detalla el NIH.
Entonces, ¿cómo saber si la presión arterial está fuera de los rangos normales? Para ello, se parte de los siguientes rangos:
- Presión arterial normal: sistólica menor de 120 mm Hg. Diastólica menor de 80 mm Hg.
- Presión arterial elevada: sistólica entre 120-129 mm Hg. Diastólica menor de 80 mm Hg.
- Presión arterial alta: sistólica de 130 mm Hg o más. Diastólica de 80 mm Hg o más.
Para tener un registro claro sobre el comportamiento de la presión arterial, las personas pueden realizar sus mediciones a diario con ayuda de un tensiómetro. En vista de que no siempre se manifiesta con síntomas, hay quienes pueden padecer hipertensión si notarlo.
Síntomas de la tensión arterial alta
La enciclopedia médica Medline Plus reseña que, en la mayoría de los casos, la presión arterial elevada no presenta una sintomatología característica. Por ello, los exámenes de rutina son de vital importancia para identificarla oportunamente.
“Debido a que no hay ningún síntoma, las personas pueden sufrir enfermedad cardíaca y problemas renales sin saber que tienen hipertensión arterial”, agrega el servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
No obstante, algunas personas sí manifiestan determinados síntomas cuando su presión arterial supera el rango normal. Estos incluyen dolores de cabeza, falta de aire y sangrados nasales.
“Sin embargo, estos síntomas no son específicos. No suelen aparecer hasta que la presión arterial alta haya alcanzado un estado grave o que pone en riesgo la vida”, precisa Mayo Clinic.
Cuidado con la hipertensión maligna
Un escenario más complejo es el de la hipertensión maligna, la cual se refiere a la presión arterial muy alta que aparece de manera repentina y rápida. Medline Plus expone que esta condición es bastante grave, además, desata síntomas como:
- Dolor de cabeza fuerte.
- Náuseas o vómitos.
- Confusión.
- Cambios en la visión.
- Sangrado nasal.
En síntesis, la sintomatología de la presión arterial no es clara. Mientras que algunas personas pueden presentar ciertas señales, otras padecen una condición silenciosa. En tal virtud, lo más recomendable es realizar mediciones frecuentes para tener un claro control de la tensión.
De igual manera, en caso de identificar cualquier anomalía, es prudente acudir a un profesional de la salud para hacer los estudios pertinentes y determinar el tratamiento adecuado.
¿Cuáles son las causas de la presión arterial alta?
Existen varios factores que pueden incidir sobre la presión arterial del ser humano. Algunos son:
- La cantidad de agua y de sal presente en el cuerpo.
- El estado de los riñones, el sistema nervioso o los vasos sanguíneos.
- Los niveles hormonales del sujeto.
“Usted es más propenso a que le digan que su presión arterial está demasiado alta a medida que envejece. Esto se debe a que los vasos sanguíneos se vuelven más rígidos con la edad. Cuando esto sucede, la presión arterial se eleva. La hipertensión arterial aumenta la probabilidad de sufrir un accidente cerebrovascular, un ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca, enfermedad renal o muerte prematura”, advierte Medline Plus.