Uno de los síntomas que cualquier persona puede experimentar en diferentes episodios de su vida es la ansiedad. Si bien este signo puede ser controlado, hay casos en los que se sale de control y genera efectos negativos no solo en el organismo, sino también en la vida social de los individuos.
De acuerdo con la Clínica de Mayo, la ansiedad tiende a diferenciarse por los trastornos frecuentes que una persona experimenta, de modo que si son excesivos pueden impactar en las actividades diarias, por lo que los especialistas en salud dicen que lo mejor es comenzar a tratar esta condición desde temprana edad o durante la adolescencia.
Asimismo, hay diferentes ejemplos de trastornos de ansiedad, como: “trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de ansiedad social (fobia social), fobias específicas y trastorno de ansiedad por separación”, explica la entidad sin ánimo de lucro dedicada en la práctica clínica, la educación y la investigación.
Síntomas de alerta
Por su parte, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) comparten que, en la mayoría de casos, el cuadro sintomatológico que se experimenta en el cuerpo y está ligado al diagnóstico de ansiedad inicia con la sensación de nervios, luego de esto aumenta el ritmo cardiaco y la respiración es más acelerada.
En la misma línea, con la ansiedad en el cuerpo se puede sentir sudoración, temblores en las extremidades, debilidad, problemas de concentración, insomnio, problemas de tipo gastrointestinal, sin dejar al lado posibles afectaciones en el aspecto socioemocional y afectivo.
De manera conjunta, la Organización Mundial de la Salud (OMS) detalla que una de cada ocho personas en el mundo padece de un trastorno mental, entre ellos figuran los trastornos de ansiedad.
“Los trastornos de ansiedad se caracterizan por un miedo y una preocupación excesivos y por trastornos del comportamiento conexos. Los síntomas son lo suficientemente graves como para provocar una angustia o una discapacidad funcional importante”, precisa el organismo internacional.
En adición, la OMS aborda las principales diferencias que se presentan a la hora de sufrir de ansiedad:
- Trastorno de ansiedad generalizado (caracterizado por una preocupación excesiva).
- Trastorno de pánico (que se caracteriza por ataques de pánico).
- Trastorno de ansiedad social (con miedo y preocupación excesivos en situaciones sociales).
- Trastorno de ansiedad de separación (que es el miedo excesivo o la ansiedad ante la separación de aquellos individuos con quienes la persona tiene un vínculo emocional profundo).
Por su parte, la Clínica de Mayo complementa que también se puede diagnosticar un trastorno de ansiedad inducido por sustancias o por fobias específicas.
¿Cuándo recurrir al médico?
Sea cual sea el trastorno de ansiedad que causa los diferentes signos en el cuerpo, la recomendación con la que concuerdan los profesionales de la salud es no dudar en asistir a una consulta médica, en especial cuando:
- El sentimiento de preocupación es excesivo y esto impacta en el ámbito laboral, personal, académico, etc.
- No hay un control del miedo, preocupación o ansiedad y causa un constante malestar.
- La depresión no disminuye y si la persona tiene problemas con el consumo de alcohol o drogas.
- Existen pensamientos en los que se vincula a la ansiedad con problemas de salud física.
- Aparecen pensamientos o conductas suicidas, en este caso el tratamiento es de urgencia inmediata.
“Es posible que tus preocupaciones no se vayan por sí solas y que empeoren con el paso del tiempo si no procuras ayuda”, señala la Clínica de Mayo.
Para terminar, luego de la pandemia provocada por el virus de la covid-19 se registró un aumento de los trastornos depresivos y la ansiedad en todo el mundo, en un 28 y un 26 % respectivamente, según una publicación de la revista The Lancet.