La resistencia a antibióticos es uno de los problemas de salud pública que han estado dentro de la agenda de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de distintas autoridades sanitarias nacionales de todo el mundo.
De hecho, ese ente multilateral ha señalado que esa es una de las diez grandes amenazas que enfrenta la humanidad en materia sanitaria.
“Los antibióticos son medicamentos utilizados para prevenir y tratar las infecciones bacterianas. La resistencia a los antibióticos se produce cuando las bacterias mutan en respuesta al uso de estos fármacos”, indicó la OMS sobre este fenómeno.
A su vez, la OMS ha señalado que esas bacterias, que reciben el calificativo de “farmacorresistentes”, causan infecciones en el organismo que generalmente son más difíciles de tratar en comparación a las que producen las bacterias que no han desarrollado estas mutaciones.
Pues bien, la OMS les ha recomendado a las autoridades sanitarias de distintos estados estar pendientes del comportamiento de estas bacterias y otros microorganismos que resisten a los antibióticos.
En Colombia, por ejemplo, el Instituto Nacional de Salud (INS) vigila patógenos como la tuberculosis farmacorresistente, que no responden a los tratamientos tradicionales.
Así mismo, recientemente la Gobernación de Caldas y las IPS que cuentan con quirófanos o unidades de cuidados intensivos (UCI) en el departamento crearon el primer comité departamental del país para la prevención de infecciones asociadas a la atención en salud y la prevención de la resistencia bacteriana.
“En todo el mundo se promueve la creación de estos comités, pues este tipo de infecciones en muchos casos causan muertes, así como la resistencia a las infecciones bacterianas”, indicó la Gobernación de Caldas a través de un comunicado.
Por su parte, Claudia Patricia Narváez Avellaneda, coordinadora del Observatorio Social de Salud de la Dirección Territorial de Salud, señaló que este grupo de trabajo comenzará a operar desde el próximo año. A su vez, se conoció que tendrán reuniones bimensuales.
“Lo que se busca es plantear estrategias y acciones para que, si una persona llega a una institución por un problema de salud, no salga con una infección que no tenía al ingresar y que adquirió en el hospital”, explicó la coordinadora.
“Lo que se analiza en la resistencia antimicrobiana es, por ejemplo, que muchas personas cuando se enferman van a una droguería y piden un antibiótico, quizás sin necesitarlo. Esto genera que cuando en realidad ese paciente necesite un antibiótico para una verdadera infección, no va a poder asimilarlo o suprimir esa infección. Esta automedicación es muy peligrosa, por eso a nivel mundial se dice que el fin de la humanidad podría ser por resistencia antimicrobiana y no por una guerra”, dijo Narváez.
Una de cada tres personas se automedica con antibióticos
Este año la OMS publicó una encuesta en la que detalla el uso inadecuado que hacen las personas de los tratamientos con antibióticos.
Los resultados, que fueron recogidos a partir de lasa respuestas de 14 países europeos, mostraron que una de cada tres personas usa antibióticos sin fórmula médica. Así mismo, más del 50 % de los encuestados aseguró que ha usado antibióticos en el último año, una cifra que es demasiado alta para los criterios de la OMS.
“Cuando los antibióticos se usan demasiado, durante demasiado tiempo o cuando no son necesarios, las bacterias pueden volverse resistentes a ellos”, indicó el Doctor Danilo Lo Fo Wong, asesor regional de la OMS para el Control de la Resistencia a los Antimicrobianos.
“Sin una acción colectiva, podemos esperar un futuro en el que enfermedades que de otro modo serían tratables, como las infecciones del tracto urinario, podrían volverse intratables y los procedimientos, como cirugías o quimioterapias, demasiado peligrosos para realizar”, indicó el experto.