El riesgo de ictus o accidente cerebrovascular (ACV) temprano puede estar relacionado con las variantes genéticas asociadas con el grupo sanguíneo de una persona, además de ser una de las principales causas de muerte en el mundo, de acuerdo con una investigación de la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología, Neurology.

Además, un ataque cerebral “sucede cuando se detiene el flujo sanguíneo a parte del cerebro. Al no poder recibir el oxígeno y nutrientes que necesitan, las células cerebrales comienzan a morir en minutos. Esto puede causar un daño severo al cerebro, discapacidad permanente e incluso la muerte”, precisó la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, MedlinePlus.

Asimismo, el ictus suele ser más frecuente en personas mayores, pues aproximadamente un tercio de los afectados tienen menos de 65 años. Pero según varios expertos, en las últimas dos décadas, hubo un aumento de incidencia entre los jóvenes mayores de 20 años, con un 31 % del número total de accidentes cerebrovasculares, según un estudio de 2014 publicado en The Lancet.

“La cantidad de personas con accidentes cerebrovasculares tempranos está aumentando. Estas personas tienen más probabilidades de morir a causa del evento que pone en peligro la vida, y los supervivientes posiblemente enfrenten décadas de discapacidad”, manifestó Steven J. Kittner, uno de los investigadores principales del estudio.

Esto puede causar un daño severo al cerebro, discapacidad permanente e incluso la muerte. | Foto: Getty Images

Síntomas más comunes

Aunque cada afección tiene sus signos más relevantes, estos son comunes en algunas enfermedades cardíacas como, por ejemplo, dolor en el pecho, la espalda y los brazos, junto con la dificultad para respirar.

Entretanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que para contrarrestar estos problemas en la salud no solo debe ser un acto individual, sino también colectivo, en donde se identifiquen los riesgos y se hagan, por ejemplo, políticas que los ayuden a reducir, como el consumo de cigarrillo y alcohol, proyectos para promover la actividad física en las comunidades e “impuestos para reducir la ingesta de alimentos con alto contenido de grasas, azúcar y sal”.

Si una arteria resulta obstruida, esto puede llevar a que se presente un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular. | Foto: Haag & Kropp GbR

El cigarrillo aumenta la probabilidades de enfermedades cardiovasculares. El debilitamiento de las membranas de los vasos sanguíneos puede ser otro de los factores de esta afección.

Este accidente vascular “ocurre cuando un vaso sanguíneo en el cerebro gotea o se rompe”, explica la Clínica Mayo, que señala que esto se debe a otros problemas que los afectan. Es importante mantener la presión arterial controlada porque cuando se encuentra en altos niveles puede causar hemorragias cerebrales.

¿Cuáles son los tipos de accidentes cerebrovasculares?

La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, MedlinePlus, señaló dos tipos de ataques cerebrales:

  • “El accidente cerebrovascular isquémico es causado por un coágulo de sangre que bloquea o tapa un vaso sanguíneo en el cerebro. Es el tipo más común, un 80% de los ataques cerebrales son isquémicos
  • El accidente cerebrovascular hemorrágico es causado por un vaso sanguíneo que se rompe y sangra en el cerebro.”
En la atención de un ataque cerebrovascular el tiempo vale oro | Foto: Archivo Particular

Recomendaciones para la prevención de un ACV

El Ministerio de Salud da a conocer algunos consejos que pueden prevenir un ACV:

  • Incluir en una dieta frutas y verduras: “Consuma aguacate, maní, disminuya el consumo de aceite vegetal y margarina, evite grasas de origen animal como mantequilla y manteca”, precisa.
  • Realizar actividades físicas, “al menos 150 minutos de actividad física a la semana”.
  • Evitar consumir alcohol y cigarrillo.

“De los 17 millones de muertes de personas menores de 70 años atribuibles a enfermedades no transmisibles, 82 % corresponden a los países de ingresos bajos y medios, y un 37 % se deben a las ECV”, señala la OMS.