La neumonía es una enfermedad en la que se presenta una infección bacteriana, viral o micótica en los pulmones. Lo que ocurre es que estos órganos se inflaman y los alvéolos, cavidades donde se produce el intercambio de oxígeno y el dióxido de carbono entre el pulmón y la sangre durante la respiración, se llenan de líquido.

De acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, la neumonía puede ser leve o grave, pudiendo causar la muerte (especialmente en bebés y personas mayores de 60 años).

Neumonía | Foto: si

Por lo anterior, es primordial establecer medidas de autocuidado y estrategias que permitan un diagnóstico oportuno y manejo apropiado de la enfermedad, ya que, es fundamental en este punto, actuar responsablemente con el uso adecuado de antibióticos, señala María Fernanda Velasco, directora Médica de Pfizer Colombia.

Cabe mencionar que la afección anual en países desarrollados es de 12 casos por cada 1 mil habitantes, con cifra más mayores en niños y ancianos, en donde un 20 % de ellos requiere de ingreso hospitalario.

Las bacterias, hongos, virus y parásitos pueden ocasionar las neumonías comunitarias. La bacteria más común que produce esta afección es la Streptococcus pneumoniae (neumococo). Mientras que la neumonía nosocomial es producida por las personas que se contagian en los centros hospitalarios, señala Alberto Montero Rodríguez, médico internista del Hospital Vithas Vitoria.

A pesar de ello, todos los individuos son susceptibles de sufrir de esta afección. Aunque existe sujetos que presentan mayor riesgo de sufrir de neumonía, las cuales son:

  • Personas con adicción al cigarrillo y al alcohol.
  • Pacientes con enfermedades crónicas pulmonares, cardiacas o renales.
La OMS señala que cuidar el bienestar del corazón es fundamental debido a que las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de muerte. | Foto: Getty Images/iStockphoto
  • Individuos inmunodeprimidos, tales como el VIH, trasplantados o con cáncer.
  • Sujetos con ausencia de bazo.

Los síntomas más comunes de esta enfermedad son:

  • Dolor en el pecho al respirar o toser.
  • Desorientación o cambios de percepción mental (en adultos de 65 años o más).
  • Tos que puede producir flema.
  • Fatiga.
  • Fiebre, transpiración y escalofríos con temblor.
  • Náuseas, vómitos o diarrea.
  • Dificultad para respirar.

Sin embargo, hay síntomas que son silenciosos que vienen acompañados de malestar general, anorexia, confusión, deshidratación y empeoramiento de enfermedades crónicas. Montero añade que “en el paciente anciano, los síntomas son más inespecíficos y pueden cursar con síndrome confusional agudo o bajo nivel de consciencia”.

Pero las señales más alarmantes son las que comprometen la función pulmonar y, en consecuencia, la oxigenación de la sangre. En muchos de los casos, todo puede empeorar y la dificultad al respirar y la fiebre suele manifestar una mala manifestación.

La importancia de diagnosticar la neumonía a tiempo

Cáncer de pulmón, pulmones | Foto: Eraxion

Cuídate Plus explica que es fundamental prevenir a tiempo complicaciones que pueden poner en riesgo la vida del paciente. Al no tener en cuenta esta recomendación, pueden surgir estas dos enfermedades:

  • Insuficiencia respiratoria: esto pasa sobre todo en personas con patologías cardiacas o respiratorias previas. En estos casos, se puede precisar de oxigenoterapia.
  • Bacteriemia: en palabras más precisas, los gérmenes pasan al torrente sanguíneo y deriva a un shock séptico.

Algunas recomendaciones para evitar contraer esta enfermedad son lavarse las manos con frecuencia, cubrir boca y nariz al toser y estornudar, evitar fumar, comer sanamente, hacer ejercicio cinco días a la semana y entrar a un tratamiento médico.