La conjuntivitis, también conocida como ojo rosado, es una inflamación de la membrana transparente entre el párpado y el globo ocular, denominada clínicamente como membrana conjuntiva.
Según explica Mayo Clinic, cuando los pequeños vasos sanguíneos de la conjuntiva se hinchan e irritan, se hacen más visibles, lo que hace que la parte blanca del ojo se vuelva rojiza o de color rosa.
La conjuntivitis suele producirse por una infección viral, aunque también por una infección bacteriana, una reacción alérgica o, en el caso de los bebés, un conducto lacrimal que no está completamente abierto.
“Aunque la conjuntivitis puede ser molesta, rara vez afecta la visión. Los tratamientos pueden ayudar a aliviar las molestias de la conjuntivitis. Como la conjuntivitis puede ser contagiosa, obtener un diagnóstico temprano y tomar algunas precauciones pueden limitar el contagio a otras personas”, detalla Mayo Clinic.
MedlinePlus anota que también se puede presentar un tipo especial de conjuntivitis alérgica prolongada en personas que tienen alergias crónicas o asma. “Esta afección recibe el nombre de conjuntivitis vernal. Generalmente, se presenta en jóvenes y niños los meses de la primavera y el verano. Se puede presentar una afección similar en las personas que han utilizado lentes de contacto por mucho tiempo”, precisa el servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
A su vez, elementos que causen irritación en el ojo también pueden provocar conjuntivitis. Los ejemplos más comunes son: químicos, humo y polvo,
Los síntomas característicos de la conjuntivitis incluyen:
- Enrojecimiento en uno o ambos ojos.
- Picazón en uno o ambos ojos.
- Sensación arenosa en uno o ambos ojos.
- Secreción en uno o ambos ojos que forma una costra durante la noche, la cual puede impedir que abras un ojo o ambos a la mañana.
- Lagrimeo.
- Sensibilidad a la luz, o fotofobia.
Prevención y tratamiento
La conjuntivitis es una condición común que puede afectar a cualquier persona. No obstante, no hay que subestimarla, de manera que la prevención es vital. MedlinePlus sostiene que una buena higiene puede prevenir la propagación de la conjuntivitis. Para ello, es recomendable que las personas adquieran los siguientes hábitos:
- Cambiar las fundas de la cama con frecuencia.
- No compartir los cosméticos para los ojos y reemplazarlos regularmente.
- No compartir las toallas ni los pañuelos.
- Manipular y limpiar los lentes de contacto adecuadamente.
- Evitar tocarse los ojos con las manos.
- Lavarse las manos con frecuencia.
En cuanto al tratamiento, este depende de la causa. La conjuntivitis alérgica puede mejorar cuando se tratan las alergias y desaparecer por sí sola. Este tipo de conjuntivitis se puede aliviar con la aplicación de compresas frías. En los casos más severos, podría ser necesario utilizar gotas que contienen antihistamínico o gotas con esteroides.
Para el caso de la conjuntivitis causada por bacterias, el tratamiento involucra medicamentos con antibióticos. Generalmente, se administran en forma de gotas oftálmicas. Por su parte, la conjuntivitis viral desaparece por sí sola.
En términos generales, la conjuntivitis no es un padecimiento grave, sin embargo, sí puede presentar complicaciones. Es clave que las personas se informen sobre esta condición y sepan cuándo acudir al médico.
“La conjuntivitis puede causar una inflamación en la córnea que tal vez afecte la visión tanto en niños como en adultos. La evaluación y el tratamiento inmediatos por parte del proveedor de atención médica pueden reducir el riesgo de complicaciones”, menciona Mayo Clinic. En esa línea, insta a acudir a un profesional en los siguientes escenarios:
- Dolor en el ojo.
- Sensación de que tienes algo en el ojo.
- Visión borrosa.
- Sensibilidad a la luz.