La vitamina C es uno de los nutrientes más reconocidos debido a que brinda múltiples beneficios para el organismo. No obstante, hay poblaciones que están especialmente expuestas a tener deficiencias de vitamina C, de acuerdo a lo que señala la Clínica Mayo de Estados Unidos.
Entre otros individuos que tienen más riesgo de presentar bajos niveles de este nutriente están los fumadores o las personas que, de forma pasiva, están constantemente expuestas al humo del cigarrillo.
Algo similar sucede con los pacientes que tienen algunas enfermedades que afectan el tracto gastrointestinal, las personas diagnosticadas con cáncer y los individuos que no incluyen frutas y verduras en su dieta.
“La deficiencia grave de vitamina C puede provocar una enfermedad llamada escorbuto”, explica la Clínica Mayo. Esta condición médica se caracteriza por provocar fatiga, un dolor muscular constante, pérdida del apetito, la aparición de sangre en las encías, hematomas y en general dificultades para que las heridas cicatricen de forma adecuada.
En algunos casos, el escorbuto puede causar otros síntomas más graves como anemia, pérdida de dientes, pérdida de peso y retraso en el desarrollo, sobre todo en los niños.
¿Cómo conseguir dosis suficientes de vitamina C?
Las instituciones médicas han señalado, sin embargo, que la mayoría de personas puede obtener vitamina C por medio de una alimentación balanceada que incluya volúmenes adecuados de frutas y verduras.
“La cantidad diaria recomendada de vitamina C es de 90 miligramos para hombres adultos y 75 miligramos para mujeres adultas”, advierte la Clínica Mayo.
MedlinePlus, la enciclopedia virtual de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, tiene una lista de frutas que podrían resultar útiles para conseguir buenos niveles de vitamina C. Entre otras, cita las siguientes:
- Melón cantalupo.
- Frutas y jugos de cítricos, como las naranjas y toronjas (pomelos).
- Kiwi.
- Mango.
- Papaya.
- Piña.
- Fresas, frambuesas, moras y arándanos.
- Sandía o melón.
En cuanto a las verduras, esa fuente médica indica que son la principal fuente de vitamina C y sostiene que pueden consumirse las siguientes:
- Brócoli, coles de bruselas y coliflor.
- Pimientos rojos y verdes.
- Espinaca, repollo, nabos verdes y otras verduras de hoja.
- Papa o patata blanca y la dulce (camote).
- Tomates y su jugo.
- Cidrayote.
La vitamina C puede representar múltiples beneficios e incluso proteger contra algunas enfermedades, debido a que estimula el desarrollo y el buen funcionamiento de las células.
“Consumir una dieta rica en frutas y verduras podría reducir el riesgo de varios tipos de cáncer, como el cáncer de mama, de colon y de pulmón. Sin embargo, no está claro si este efecto protector está relacionado con el contenido de vitamina C en la comida. Tomar suplementos de vitamina C por vía oral no pareciera ofrecer el mismo beneficio”, puntualiza la Clínica Mayo.
Esa fuente también señala que hay evidencia científica que muestra que los pacientes que cuentan con mayor cantidad de vitamina C en su organismo podrían tener un menor riesgo de presentar cataratas en los ojos, una afección ocular que puede desembocar en ceguera.
Asimismo, es importante desmontar uno de los principales mitos frente a la vitamina C: la verdad es que no sirve para prevenir la gripa. Al menos así lo muestra la evidencia científica. “Tomar suplementos de vitamina C por vía oral no previene el resfriado común. Las pruebas también muestran que los beneficios de tomar suplementos de vitamina C en forma periódica para reducir la duración o intensidad de un resfriado son mínimos”, indica la Clínica Mayo.
Por último, es importante no tomar suplementos que contengan este nutriente sin supervisión médica. De hecho, esa institución médica advierte que el exceso de vitamina C en el organismo puede causar complicaciones de salud como náuseas, vómitos, acidez estomacal, fatiga y cólicos.