Las investigaciones científicas para combatir el cáncer son cada vez más avanzadas y sus resultados se reflejan directamente en la calidad de vida de los pacientes, que no solo pueden acceder a mejores tratamientos, sino que pueden prevenir estos padecimientos.

Recientemente, se conoció un nuevo e innovador trabajo de investigación liderado por el doctor Khalid Shah, quien trabaja en la sede de Boston del Brigham and Women’s Hospital. El estudio fue publicado el pasado 4 de enero en la revista Science Translational Medicine y tenía el objetivo de hacer que las células cancerígenas pasen a convertirse en células que combatan el cáncer a través de una vacuna.

Durante los últimos meses, los autores del estudio estaban intentando desarrollar una terapia celular que permitiría acabar con tumores en los pacientes a largo plazo. Según lo explicó el medio científico EurokAlert, los investigadores apuntaban a entrenar el sistema inmune de los pacientes con el fin de que sea lo suficientemente eficiente como para eliminar las amenazas de cáncer que se le presenten.

Esto se hizo a través de una innovadora vacuna, que se probó en ratones. “Nuestro equipo persiguió una idea simple: tomar células cancerosas y transformarlas en vacunas y asesinos contra el cáncer”, le dijo al citado medio Khalid Shah, quien también funge como director del Centro de Células Madre e Inmunoterapia Traslacional (CSTI) y vicepresidente de investigación en el Departamento de Neurocirugía del Brigham y la facultad de la Facultad de Medicina de Harvard.

“Usando la ingeniería genética, estamos reutilizando las células cancerosas para desarrollar un tratamiento que mate las células tumorales y estimule el sistema inmunitario para destruir los tumores primarios y prevenir el cáncer”, añadió.

De acuerdo con las explicaciones que dieron los autores de la investigación en la publicación de la misma, el uso de células tumorales en estudios científicos generalmente se implementa cuando estas se encuentran inactivadas. Si bien hasta ahora esa técnica había mostrado una “capacidad anticancerígena”, los avances clínicos que se habían logrado eran “limitados”, indicaron los autores.

Pero en sus investigaciones, ellos tomaron un camino un tanto distinto: diseñaron células tumorales vivas que a la larga les permitieron “tacar tumores y alterar los microambientes tumorales”.

“Estas células tumorales terapéuticas diseñadas (ThTC) indujeron una mejor supervivencia e inmunidad a largo plazo en ratones humanizados con glioblastoma”, anotaron, haciendo referencia a un tipo de tumor que aparece en el cerebro de ratones y humanos.

Al igual que con otras enfermedades, los pacientes podrían recibir una vacuna para prevenir la aparición de tumores cancerígenos. | Foto: Copyright 2021 The Associated Press. All rights reserved

Otro de los datos curiosos de la investigación es, precisamente, que usaron una herramienta que permite hacer modificaciones en el ADN llamada CRISPR-Cas9. Este elemento ha sido tan importante para el avance de la ciencia en general que sus creadores, Emmanuelle Charpentier y Jennifer A. Doudna, fueron los ganadores del Premio Nobel de Química en 2020 tras haberlo inventado.

Ahora bien, según reportó EurekAlert, lo que hizo el equipo de Shah fue reutilizar esas células genéticamente modificadas y, con ello, liberar un agente que acababa con las células cancerígenas.

Pero el trabajo investigativo no solo paró ahí, también logró que esas células fueran especialmente diseñadas para que el sistema inmune lograra identificarlas y recordarlas, con lo cual podría identificar la aparición de los tumores malignos desde sus orígenes.

Los tumores cerebrales generan síntomas como confusión, pérdida del equilibrio y dolores de cabeza de intensidad ascendente. | Foto: Getty Images

“A lo largo de todo el trabajo que hacemos en el Centro, incluso cuando es muy técnico, nunca perdemos de vista al paciente”, le dijo Shah a EurekAlert. “Nuestro objetivo es adoptar un enfoque innovador, pero traducible, para que podamos desarrollar una vacuna terapéutica contra el cáncer que, en última instancia, tendrá un impacto duradero en la medicina”, indicó el experto.

Lo impresionante del trabajo investigativo es que podría replicarse en otras partes del organismo para ayudar a prevenir la aparición de otros tumores cancerígenos, según concluyó el investigador.

Estados Unidos le da “revisión prioritaria” a prometedor medicamento contra un tipo de cáncer agresivo

El linfoma no hodgkiniano es un tipo de cáncer que se desarrolla en el sistema linfático y, debido a muchos factores, puede tener un crecimiento rápido o lento en los pacientes. Para los adultos, los principales factores de riesgo tienen que ver con ser de sexo masculino, tener una edad avanzada y tener condiciones que debiliten el sistema inmune.

Existen diversos tipos de cáncer en la sangre, aunque hay algunos que pueden ser mucho más agresivos. | Foto: Getty Images

Pues bien, este 6 de enero, la farmacéutica suiza Roche anunció que la agencia estadounidense encargada de la regulación de medicamentos le dará prioridad de revisión al glofitamab, un nuevo tratamiento aún en estudio para ese tipo de cáncer de la sangre, sobre todo cuando se trata de formas agresivas de ese padecimiento.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por su sigla en inglés) revisará el tratamiento, que ya ha sido sometido a ensayos clínicos de fase I y II para tratar a pacientes adultos, que específicamente han desarrollado linfoma de células B grandes.

El fármaco podría ser de gran utilidad para los pacientes que ya han recibido otros tratamientos, pero han recaído o no han logrado que sus organismos reaccionen a los fármacos tradicionales, según señaló la casa farmacéutica suiza a través de un comunicado.

Se trata de una forma agresiva de linfoma no hodgkiniano y una de las formas más comunes de la enfermedad en Estados Unidos entre los pacientes adultos que están padeciendo cáncer de la sangre.

Según el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, este cáncer se caracteriza por crecer rápidamente “en los ganglios linfáticos y suele afectar el bazo, el hígado, la médula ósea u otros órganos. Los signos y síntomas del linfoma difuso de células B grandes son fiebre, sudores nocturnos excesivos y pérdida de peso. Estos síntomas también se llaman síntomas B”.

Para lograr diagnosticar este padecimiento, los profesionales médicos evalúan los síntomas de los pacientes y, de tener sospechas, utilizan pruebas especiales que permiten examinar el sistema linfático y otras partes del cuerpo.

De acuerdo con los datos compartidos por la farmacéutica Roche, el linfoma difuso de células B grandes representa, aproximadamente, un tercio de todos los linfomas no hodgkinianos diagnosticado.

A su vez, el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos señala que hay pacientes que pueden desarrollar otra clase de este padecimiento llamado linfoma mediastínico primario de células B grandes.

“Es un tipo de linfoma difuso de células B grandes, que se caracteriza por el crecimiento excesivo de tejido linfoide fibroso (como una cicatriz). Lo más frecuente es que el tumor se forme detrás del esternón”, indicó esa institución.