Desde 2018, y cada 27 de junio, en el mundo se celebra el Día Mundial del Microbioma, con el propósito de crear conciencia acerca de la contribución de los microbios y bacterias como alternativa innovadora para alcanzar un futuro sostenible.
Este día fue instaurado por la APC Microbiome Ireland de la University College Cork, de Irlanda, en el que además se pretende divulgar información en los diferentes países sobre la existencia y la importancia de los miles de millones de microorganismos que han colonizado todos los ecosistemas del mundo
Es importante tener en cuenta que microbioma es un término que hace referencia a los microorganismos (virus, hongos y bacterias) y sus genomas que se encuentran en el ambiente y en los seres vivos, constituyéndose en su hábitat.
Eso significa que cada hábitat que alberga a comunidades de microorganismos se denomina microbioma, que en griego significa micro (pequeño) bios (vida) y que aparecen desde el nacimiento.
Los especialistas han señalado que en el caso de microbioma humano se ha determinado que la mitad de las células del cuerpo humano son humanas y el resto corresponden a microorganismos.
En este caso, los ecosistemas microbianos presentes en el organismo se localizan en el tracto gastrointestinal, genitourinario y respiratorio, boca, nariz, faringe y en la piel.
“Los factores que modifican la composición de la microbiota humana están relacionados con la genética, el género, el desarrollo hormonal y la edad, evolucionando con el crecimiento”, de acuerdo con el portal diainternacionalde.com.
Destacó que “en cuanto a los factores externos se destacan la ubicación geográfica, el clima, el estilo de vida, la higiene personal, así como el uso de antibióticos y fármacos”.
Se debe prestar atención
Por su parte, el portal Elsevier señaló que las principales funciones de la microbiota intestinal son prevenir la colonización por otros microorganismos patógenos, ayudar a digerir los alimentos, producir vitaminas B y K que el organismo humano no es capaz de sintetizar y, finalmente, y no menos importante, estimular al sistema inmune.
Eso debido a que en el cuerpo hay presencia de miles de millones de bacterias, levaduras, hongos, virus, arqueas y parásitos, si estos conviven en forma armónica, nos protegen de infecciones agudas y de enfermedades crónicas.
“Estos grupos de microorganismos son dinámicos y cambian en respuesta a una variedad de factores ambientales, como el ejercicio, la dieta, la medicación y otras exposiciones”, señaló por su parte el National Human Genome Research Institute en su página web.
Entre tanto, Isomed Pharma, indicó factores como el estrés, el medio ambiente o la alimentación varían la composición de la microbiota intestinal haciendo que cada persona, dependiendo de su estilo de vida, tendrá unas poblaciones más desarrolladas que otras, algo así una huella dactilar, es decir, única para cada individuo.
Igualmente, indicó que está estrechamente ligada con el Sistema Inmunológico, ya que aproximadamente el 80 % de este se encuentra en nuestro intestino y que es importante puesto que es el encargado de responder frente a diversas situaciones de peligro ayudando a las secreciones de citoquinas pro y antiinflamatorias.
Destacó que, además, tiene una relación con el sistema nervioso central, es decir, que tiene un vínculo estrecho con el cerebro, eje que se establece en las primeras horas de vida y condiciona la respuesta funcional del mismo.
De acuerdo con estudios científicos, según la publicación, “las emociones repercuten de manera directa en la microbiota de la misma manera que un desequilibrio emocional está implicado en procesos emocionales como el estrés, la ansiedad o la depresión”.
“Gracias a la fuerte comunicación que presenta la microbiota con el sistema inmunológico, endocrino, nervioso y con los procesos homeostáticos, cada vez que enfermemos o estamos frente a situaciones de estrés es capaz de responder activando los procesos necesarios para mantener nuestra salud y recuperarnos lo antes posible”, destacó.
Añadió que cuando una persona nace, “la microbiota se va definiendo según el tipo de leche con la que nos alimentamos y se consolida a los 3 años aproximadamente”.
“A medida que van pasando los años y atravesamos distintas etapas la microbiota cambia dependiendo de los hábitos alimenticios y hormonas hasta que, en la edad adulta, se estabiliza y presentamos la mayor diversidad”, enfatizó.
Por eso, la recomendación es a cuidar la microbiota llevando un estilo de vida saludable, ya que es la que tendremos durante el resto de la existencia.