Las enfermedades cardiovasculares (ECV) involucran un grupo de desórdenes del corazón y de los vasos sanguíneos, que incluyen diversos tipos de cardiopatías, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La Fundación Española del Corazón asegura que las ECV son la principal causa de muerte en el mundo. “De manera combinada, las condiciones que afectan al corazón o a los vasos sanguíneos, como por ejemplo, un ataque cardíaco, accidente cerebrovascular e insuficiencia cardíaca, matan a 20,5 millones de personas cada año”, precisa.
La citada fuente asegura que el 80 % de las muertes prematuras por estas causas se pueden prevenir haciendo pequeños cambios en el estilo de vida: alimentación, ejercicio y control del estrés. Precisamente esa es una de las razones por las cuales se celebra cada 29 de septiembre, el Día Mundial del Corazón, con el fin de generar conciencia en torno a los cuidados que se deben adoptar para mantener este órgano en una buena condición.
Los expertos aseguran que con frecuencia los problemas en la salud del corazón se generan por la ateroesclerosis, la cual se presenta cuando la grasa y el colesterol se acumulan en las paredes de las arterias, formando placas que con el tiempo estrechan los vasos sanguíneos, dificultando la circulación de la sangre.
“Si una arteria resulta obstruida, esto puede llevar a que se presente un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular”, precisa la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Buenos hábitos para cuidar el corazón
El portal Salud Mapfre, de España, asegura que la alimentación y el ejercicio regular son clave para evitar la enfermedad cardiovascular. Por ello, es importante evitar el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas tanto de origen animal como vegetal, como son los embutidos, productos procesados, quesos y carnes cargados de grasas.
Por el contrario, en la dieta se deben incluir productos que contienen grasas monoinsaturadas como el aceite de oliva virgen y el aguacate y los que aportan grasas poliinsaturadas (especialmente ácidos grasos omega 3) como el pescado azul, los frutos secos y algunas semillas.
De igual manera, es clave no dejar de lado la ingesta de fibra que se encuentra en alimentos como las frutas y verduras, legumbres y cereales integrales. Este nutriente es clave para retrasar la absorción de grasas y azúcares.
Otros hábitos que deben tenerse en cuenta son los siguientes.
- Dejar de fumar: el instituto de investigación Mayo Clinic asegura que las sustancias químicas del tabaco pueden dañar el corazón y los vasos sanguíneos. El humo del cigarrillo reduce el oxígeno en la sangre, lo que aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca debido a que este órgano tiene que esforzarse más para suministrar suficiente oxígeno al organismo y al cerebro.
- Adiós al sedentarismo: realizar actividad física de manera regular es clave, pues si una persona no se ejercita, corre el riesgo de enfrentar patologías como la hipertensión o diabetes, además del aumento de los niveles de colesterol o el sobrepeso. Para evitarlo, la recomendación es practicar, como mínimo, 150 minutos semanales de actividad física aeróbica de intensidad moderada o 75 minutos de intensa.
- Peso saludable: el sobrepeso aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardíacas. El índice de masa corporal utiliza la estatura y el peso para determinar si una persona tiene sobrepeso o es obesa. Un índice de masa corporal de 25 o más se considera sobrepeso y, generalmente, está asociado con el colesterol y presión arterial más alta y un mayor riesgo de enfrentar accidentes cerebrovasculares.
- Dormir bien: una investigación dada a conocer en la revista médica European Journal of Preventive Cardiology concluye que aquellas personas que, además de tener buenas prácticas, duermen un mínimo de siete horas al día, reducen hasta en un 65 % la posibilidad de sufrir de enfermedades cardiovasculares.
Los expertos aseguran que a medida que la persona envejece se debe practicar chequeos médicos con regularidad con el objetivo de mantener bajo control los niveles de colesterol, presión arterial y de azúcar en la sangre, pues son afecciones que están muy relacionadas con la salud del corazón.