En su último discurso, el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedroa Adhanom Ghebreyesus, recordó que la aparición de la covid-19 provocó graves afectaciones en la salud mental de todo el planeta, por lo cual llamó la atención sobre el bienestar psicológico de los trabajadores.
Señaló que esa emergencia sanitaria de preocupación internacional “cobró un precio” que los países todavía están tratando de entender a cabalidad. Y advirtió que una sexta parte de las personas adultas que se encuentran en edad laboral padece de una enfermedad mental.
“Una investigación encargada por la OMS indica que durante la pandemia, la depresión y la ansiedad aumentaron en más del 25%. Al mismo tiempo, la crisis mundial puso de relieve las brechas en la capacidad de los países para apoyar la salud mental en el trabajo”, aseguró el doctor Tedros.
Y sostuvo que a nivel mundial únicamente el 35% de los países tenían políticas públicas para promover y prevenir los trastornos de salud mental que se dan en entornos laborales.
“Así como los empleadores tienen la responsabilidad de proteger la salud física de sus trabajadores de los riesgos de seguridad y salud en el trabajo, también tienen la responsabilidad de apoyar su salud mental, aunque esto se ha descuidado comparativamente”, indicó el director del organismo multilateral.
Según explicó, se han identificado múltiples consecuencias que generan los entornos laborales hostiles en las demás esferas de la vida. Esto se da, por ejemplo, con conductas que reproducen fenómenos como la intimidación, el acoso, la violencia sexual, la desigualdad, la discriminación y el racismo.
También recordó que hay otros factores que pueden afectar el bienestar psicológico de los pacientes como las cargas desproporcionadas de trabajo, los salarios bajos e insuficientes y tener una “cultura tóxica” en los puestos de trabajo.
Pero señaló que en ese mismo sentido, los entornos laborales saludables pueden ser muy positivos. Por ejemplo, darles un espacio que garantice su bienestar a las personas que ya tienen trastornos de salud mental puede hacer que se recuperen y mejoren su inclusión en varios círculos sociales.
“Existe un gran interés económico para que los empleadores apoyen la salud mental de sus empleados. Se estima que cada año se pierden 12.000 millones de días laborales debido a la depresión y la ansiedad, lo que le cuesta a la economía mundial aproximadamente 1 billón de dólares al año”, indicó el doctor Tedros.
Pero recordó que la inversión que se destina a atender este fenómeno es muy baja. “En promedio, los países gastan alrededor del 2 % de su presupuesto de salud en salud mental, y en algunos países hay tan solo dos trabajadores de salud mental por cada 100.000 personas”, advirtió.
La OMS ha tenido que enseñar con el ejemplo
Uno de los grandes retos de la OMS radica en que durante los últimos años sus trabajadores y colaboradores han tenido que enfrentarse a coyunturas muy difíciles durante los últimos años. No hay que esforzarse demasiado para recordar que la pandemia de covid-19 supuso un reto enorme para los profesionales del sector de la salud.
“La OMS puede ser un entorno de alto estrés, especialmente, pero no solo, durante una pandemia”, reconoció el máximo jefe del ente multilateral.
“Durante los últimos tres años, gran parte de nuestro personal ha trabajado bajo una intensa presión, trabajando muchas horas para garantizar que brindemos a los países el asesoramiento basado en evidencia que necesitan para tomar decisiones que pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte”, agregó.
También recordó que el personal de la OMS ha sido atacado por las redes sociales y en la vida real. De hecho, recordó que durante el brote de ébola que asoló la República Democrática del Congo dos trabajadores de la OMS fueron asesinados por hombres armados.
Eso afectó a las familias de los fallecidos, pero también a sus compañeros de trabajo, quienes tuvieron consecuencias “profundas” para su salud mental.
“Reconociendo que necesitábamos hacer más para promover y proteger la salud mental de nuestro personal, hace unos años realizamos una encuesta al personal para obtener sus comentarios sobre sus experiencias, sus necesidades y los servicios que brindamos”, recordó.
Y así fue como establecieron un programa de salud mental en el entorno laboral. Contrataron consejeros de personal extra para hacer sesiones de atención psicológica personalizada y colectiva. Además, les ofrecieron a sus trabajadores la posibilidad de acudir a un servicio psicológico externo.
Recomendaciones para hacer entornos más saludables
Por último, el doctor Tedros compartió algunas recomendaciones que pueden resultar útiles para hacer que los entornos laborales sean más seguros en términos de salud mental.
Para empezar, recordó que los empleadores tienen un papel protagónico, pues “pueden prevenir las condiciones de salud mental relacionadas con el trabajo identificando y modificando, mitigando o eliminando los riesgos para la salud mental”.
Otra cosa que pueden hacer es entrenar a los jefes de cada área para que puedan identificar con mayor facilidad qué puede causar estrés laboral entre los empleadores. Además, también es fundamental que sepan identificar la angustia emocional en ellos y que sepan responder a esas necesidades.
“En tercer lugar, los empleadores pueden apoyar a las personas con problemas de salud mental haciendo ajustes a las necesidades y capacidades del trabajador, ayudando a las personas para que regresen al trabajo”, concluyó el doctor Tedros.