Aunque el cáncer de hígado es una enfermedad que puede afectar gravemente la salud del organismo, lo cierto es que en sus primeras etapas no es sencillo de detectar para los pacientes ni para los profesionales médicos.

Esto se debe, según resalta la American Cancer Society de Estados Unidos, a que se trata de una forma de cáncer que solo produce síntomas y signos en etapas más avanzadas.

“Los tumores pequeños del hígado son difíciles de detectar mediante un examen físico porque las costillas derechas cubren la mayor parte del hígado. Para cuando un tumor puede ser palpado, puede que ya sea bastante grande”, señala la organización.

A su vez, advirtió que en la actualidad la ciencia médica no ha desarrollado pruebas diagnósticas de cáncer que puedan ser recomendadas para las poblaciones que no tienen factores de riesgo que las hagan más proclives a desarrollar este padecimiento.

De hecho, indicó que las pruebas que se usan en la actualidad para detectar esta enfermedad se les practican a las personas que pueden ser más vulnerables a este tipo de diagnóstico oncológico.

Pese a todo, es fundamental que los pacientes tengan en cuenta cuáles son los síntomas que puede producir el cáncer de hígado.

El cáncer de hígado es difícil de diagnosticar en sus etapas tempranas. | Foto: ©Sebastian Kaulitzki - stock.adobe.com

Uno de los más frecuentes es el dolor que se presenta en el abdomen, que, sin embargo, puede ser indicio de múltiples padecimientos.

De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, la característica del dolor abdominal producido por el cáncer de hígado es que se presenta en la parte superior derecha y en ocasiones puede estar acompañada de hinchazón. También se advierte que en ocasiones el dolor se puede expandir hacia la espalda y generar molestias cerca del omoplato derecho.

En algunos casos, el dolor de espalda, cerca del omoplato derecho, puede ser síntoma de cáncer de hígado. | Foto: Gettyimages

Entre otros síntomas que también pueden ser causados por este tipo de cáncer, la American Cancer Society cita los siguientes:

  • Pérdida de peso que no tiene una explicación y no se da a raíz de un intento decidido por parte del paciente.
  • Pérdida del apetito.
  • Sensación de llenura tras comer poco.
  • Náuseas o vómitos.
  • Un agrandamiento del hígado (llenura debajo de las costillas del lado derecho).
  • Un agrandamiento del bazo (llenura debajo de las costillas del lado izquierdo).
  • Picazón.
  • Coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia).

Asimismo, esa fuente señala que los pacientes con cáncer de hígado también pueden tener otros signos como fiebre, ensanchamiento de las venas en el abdomen, sangrado e incluso la aparición de moretones.

“Si presenta uno o más de los síntomas que se mencionan, eso no significa que usted tenga cáncer de hígado. De hecho, es más probable que muchos de estos síntomas sean causados por otras afecciones. No obstante, si presenta cualquiera de estos síntomas, es importante que un médico le haga un examen para saber la causa de sus síntomas y recibir tratamiento de ser necesario”, recomienda la American Cancer Society.

En todo caso, esa institución advirtió que asistir a una consulta médica tan rápido como se presentan los síntomas puede ser muy importante, pues ayuda a reducir los tiempos del diagnóstico y, con ello, mejorar el pronóstico de los pacientes.

Por último, esa fuente también advierte que algunas personas tienen más riesgo de desarrollar este tipo de cáncer. Por ejemplo, indica que se trata de un diagnóstico oncológico que se presenta con más frecuencia en los hombres, en los pacientes de raza oriental y en los isleños del Pacífico.

El hígado graso es un factor de riesgo para el cáncer en ese órgano. | Foto: Getty Images

Y añade que algunas enfermedades pueden aumentar las probabilidades de que una persona padezca cáncer de hígado. Esto aplica para condiciones como la cirrosis, la hepatitis viral crónica y el hígado graso, en tanto no esté relacionado con el consumo excesivo de alcohol.