La Organización Mundial de la Salud (OMS) manifestó su preocupación por los “continuos intentos” que ha hecho la industria del tabaco y sus sustitutos para tener injerencia en asuntos como la investigación científica, la percepción de la opinión pública, el diseño de políticas y la agenda de los medios de comunicación. Se trata de una de las críticas más fuertes contra ese sector en los últimos tiempos.
Según un comunicado de prensa emitido por el ente multilateral, estos intentos han estado encaminados a promover la proliferación y la venta de productos que incluyen nicotina y tabaco.
“La industria tabacalera continúa amplificando la información errónea en los medios, incluidos los recientes ataques atroces contra las organizaciones de control del tabaco. Esa industria es la única que se beneficia al socavar las organizaciones de control del tabaco”, detalló la OMS en su boletín.
De acuerdo con lo que señaló el organismo multilateral de salud, esta industria tiene un “conflicto de interés fundamental e irreconciliable” en todo lo que tiene que ver con las políticas de salud pública. Por eso, les pidió a los estados miembros abstenerse de realizar asociaciones o aceptar dinero producto de las empresas que se dedican a la producción y la venta de tabaco.
También les pidió cerciorarse de que no están recibiendo fondos o colaboración de cualquier tipo por parte de “grupos fachada” detrás de los cuales estén actores del sector del tabaco.
“La comunidad internacional no debe olvidar que la industria tabacalera negó a sabiendas de que sus productos estuvieran relacionados con el cáncer y afirmó falsamente que el humo de segunda mano no causaba daño”, señaló con vehemencia la OMS.
Advirtió que esa “conducta engañosa” sigue siendo una estrategia de las empresas que se dedican a la producción y la comercialización de productos con nicotina, tabaco y cigarrillos electrónicos, pues consideró que siguen intentando ocultar la “naturaleza adictiva” de sus artículos.
Incluso argumentó que hacen propagandas y materiales dirigidos a niños y adultos jóvenes, por lo cual, no deberían tener cabida en las políticas de control o reducción de daños del tabaco.
“La industria tabacalera no debe ser socia en ninguna iniciativa relacionada con el establecimiento o la implementación de políticas de salud pública, sabiendo que sus intereses están en conflicto directo con los objetivos de la salud pública. Décadas de comportamiento engañoso sirven como prueba de que las empresas tabacaleras anteponen las ganancias a la salud pública”, afirmó la OMS en su comunicado.
Además, señalaron directamente a la industria tabacalera de implementar una estrategia para “interferir” con distintas medidas de salud pública encaminadas a reducir el control del tabaco.
Y señaló que también hay una táctica encaminada a atacar la credibilidad de la OMS y sus socios con el fin de que la opinión pública y la ciudadanía ponga en tela de juicio la evidencia científica que muestra los múltiples daños que le provoca el tabaco a la salud de los seres humanos.
La OMS recordó que tiene un Convenio Marco para el Control del Tabaco, que tiene múltiples recomendaciones de salud pública para reducir el consumo de estos productos y plantea medidas para evitar que la industria influya en las políticas públicas.
“El trabajo de la OMS con los socios mundiales de control del tabaco ha fortalecido la salud pública y ahora ha protegido a más de 5.000 millones de personas con medidas de control del tabaco. Estos grandes avances en el control del tabaco se ven constantemente amenazados por la campaña multimillonaria de la industria tabacalera”, concluyó el ente multilateral.
Y reiteró que ni la OMS ni sus socios a nivel internacional colaboran o aceptan fondos que provienen de la industria del tabaco o individuos que promuevan o estén alineados con los intereses que defienden esas compañías.