La sensibilidad a la insulina es una respuesta que dan los tejidos a su acción, mientras que la resistencia a la insulina es la respuesta biológica disminuida en los tejidos blancos, especialmente en los músculos, el hígado y la grasa a los efectos de esta hormona.
Ahora, para controlar el azúcar en la sangre y la sensibilidad de la insulina, existe un alimento que los favorece. Se trata de las patatas o también conocidas como las papas, un producto que crece en climas diferentes y es consumido en muchas partes del mundo.
Cabe mencionar que las primeras papas se cultivaron hace 4 mil y 8 mil años en los Andes, donde los incas lo sembraban cerca al lago Titicaca. Pasado el tiempo, los conquistadores españoles se llevaron las patatas a Europa y desde ahí comenzaron a triunfar, así lo indica el portal CuerpoMente.
Las papas se convirtieron en el alimento más popular en las cocinas del mundo. Este producto aporta energía, vitaminas, minerales y pocas calorías. Pues al consumir 200 gramos de patatas cocinadas, el cuerpo recibirá el 20 % de vitamina B1, el 14 % de vitamina B3 y el 24 % de vitamina B6. Además, de recibir el 8 % de selenio, el 22 % de potasio, el 20 % de flúor y el 14 % de hierro.
A sus cantidades nutricionales, también se encuentran la fécula, su alto contenido de hidratos de carbono y hasta proteína.
Según la ciencia, las papas puede favorecer al exceso de azúcar en la sangre, la obesidad y el desequilibrio metabólico. Esto se da, debido a que las raciones y la proporción de agua, hidratos de carbono, fibra y proteínas que contiene se va ingiriendo durante el día.
No obstante, dejarlas al vapor ayuda a conservar los micronutrientes, lo que lleva a que sea un alimento energético, digestivo y sano.
Pero al dejarlo enfriar, los azúcares se convierten en almidón resistente, lo que reduce el aporte calórico a la mitad y se vuelve una comida que sirve para la microbiota intestinal, es decir, reduciendo el riesgo de cáncer de colón. También, tiene estos otros beneficios:
- Controla el azúcar en la sangre y la grasa: consumir papas frías contribuyen a controlar el azúcar, favorece la sensibilidad a la insulina, disminuye el colesterol y los triglicéridos y estimula el uso de la grasa corporal como fuente de energía y sacia.
- Fortalece el sistema inmunológico: este produncto contiene sustancias que colaboran con el sistema inmunitario, como quercitina, carotenoides, antocianinas, ácido clorogénico y cafeicos. Además, es un excelente cicatrizante si se usa como cataplasma.