Un reciente estudio, publicado por el Colegio Americano de Cardiología, arroja luz sobre una sospecha que venía creciendo desde hace un tiempo entre la comunidad científica: con la llegada de la menopausia, más o menos sobre los 50 años de vida, la salud cardiovascular de las mujeres se deteriora de forma más progresiva, tal como sucede con los hombres a esa misma edad.
La conclusión se desprende de una investigación, encabezada por Ella Ishaaya, médica internista del Harbor-UCLA Medical Center (en California, Estados Unidos), que analizó a unas 580 mujeres. A todas se les realizaron dos escáneres cardíacos para conocer su puntuación CAC, una especie de medida que registra la acumulación de placa (grasa, calcio y otras sustancias) en las arterias del corazón.
Como se recordará, la menopausia es causada por la pérdida de la función folicular de los ovarios y la disminución de los niveles de estrógenos en la sangre. La transición menopáusica puede ser un fenómeno gradual y suele comenzar con cambios en el ciclo menstrual.
Las mujeres que participaron del estudio fueron emparentadas con un hombre de un perfil similar. Y las que durante la primera prueba presentaban un valor de CAC de entre 1 y 99, vieron que esta cifra crecía en la segunda por lo menos unos ocho puntos, el doble que en el caso de los hombres. Las que empezaron con un valor de entre 100 y 399, duplicaron también el incremento del nivel de CAC respecto a los hombres: 31 puntos de media por 16.
Un aspecto relevante es que todas las mujeres analizadas seguían un tratamiento a base de estatinas, medicamento usado para el control de los niveles de colesterol. Pero, su ingesta no logró detener el incremento del riesgo cardiovascular. Dicho detalle pone en evidencia que el aumento del riesgo que se produce tras la menopausia llegar a ser tan intenso que no se contrarresta ni siquiera al estar ingiriendo estatinas, al menos en dosis bajas como lo estaban haciendo las participantes en el estudio.
Pero, ¿qué es lo que realmente hace posible un aumento en el riesgo cardiovascular en las mujeres? La culpa sería del factor hormonal, es decir, la caída en los niveles de estrógenos que experimentan las mujeres durante este periodo de sus vidas.
Según los científicos, esta hormona sexual femenina genera un efecto protector frente al desarrollo de arterioesclerosis, ya que disminuye los niveles de colesterol malo e incrementa los de colesterol “bueno”. “Al tener un perfil lipídico de grasas más sano, las mujeres premenopáusicas tienen menos riesgo de sufrir arterioesclerosis coronaria. Una protección que, como se ve en este estudio, se pierde tras la menopausia”, señala Manuel Anguita, cardiólogo del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba y miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), en declaraciones recogidas por El País de España.
Otra gran amenaza en la menopausia es el deterioro cognitivo. Y existen varios factores que ayudarían a explicar por qué la demencia es una enfermedad que afecta más al género femenino. El más fuerte, tal como reseña el documento Neurología y mujer, de la Sociedad Española de Neurología, es la menopausia y, en especial, la menopausia cuando tiene lugar de forma precoz, antes de los 45 años.
En ese sentido, una investigación reciente de la revista Neurology, que siguió a más de 8.000 mujeres y hombres de la misma edad que se inscribieron en el Estudio Longitudinal Canadiense sobre el Envejecimiento, demostró por primera vez que la menopausia más temprana y el mayor riesgo cardiovascular son dos factores de riesgo que “trabajan juntos” e influyen en los resultados cognitivos. Concretamente, las mujeres del estudio que tenían estos dos factores de riesgo presentaban puntuaciones cognitivas considerablemente más bajas tres años después.
El motivo de esta relación, sugiere Jennifer Rabin, investigadora de la Universidad de Toronto (Canadá), podría explicarse también en parte desde un punto de vista hormonal. Según la autora del estudio, la menopausia provoca una disminución en los niveles de estradiol, una hormona que tiene muchos efectos beneficiosos sobre el cerebro, entre los que se incluyen el apoyo al crecimiento, al desarrollo y a la protección de las células cerebrales.
“Es posible que las mujeres pierdan algunos de estos efectos protectores tras la menopausia, lo que explicaría por qué vemos aumentos abruptos en el riesgo de demencia en las mujeres en esa etapa. No hay que olvidar, curiosamente, que ahora sabemos que los cambios cerebrales relacionados con la enfermedad de Alzheimer comienzan a emerger décadas antes de que las personas presenten problemas de memoria, lo que coincide con el momento en que la mayoría de las mujeres experimentan la menopausia”, dice el especialista.