En Colombia, cerca de 190 mil personas viven con VIH, una enfermedad que daña el sistema inmunitario al destruir un tipo de glóbulo blanco que ayuda al cuerpo a combatir las infecciones. Esto pone al paciente en riesgo de tener otras infecciones y enfermedades.
En el mundo la situación es preocupante en tiempos en que ya la epidemia ha entrado en su quinta década de historia: para 2023 unos 39,9 millones de personas vivían con VIH. De ese total, 1,3 millones se trató de nuevas infecciones, un 60 por ciento menos que en el pico alcanzado en 1995, pero también una cifra que no se reduce al ritmo necesario para erradicar el sida, advirtió la ONU.
“Ahora mismo, el mundo no está en vías de conseguir” el objetivo de acabar con el sida como amenaza para la salud pública hasta 2030, señaló la directora ejecutiva de la agencia de la Organización de Naciones Unidas, ONU, para la lucha contra el sida, Onusida, Winnie Bayanyima.
El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA presentó un nuevo informe, La urgencia del ahora - El sida en la encrucijada, con motivo de la Conferencia Internacional sobre el Sida, en su edición número 25, que se celebró en la ciudad alemana de Múnich.
Los datos revelan que, por cuenta de la falta de avances en la prevención, las cifras de nuevas infecciones por el VIH no están disminuyendo con la suficiente rapidez, y en tres regiones del mundo el número aumentó”, indica Bayanyima.
Desde el pico alcanzado en 1995, las nuevas infecciones por VIH registradas en 2023 (1,3 millones) se han reducido en 60,6 por ciento. Sin embargo, la cifra es aún tres veces mayor que el objetivo de 370.000 o menos nuevos casos fijado para 2025, recuerda Onusida.
Por primera vez en la historia de la pandemia se producen más nuevas infecciones fuera de África subsahariana que dentro, lo que refleja tanto los logros en materia de prevención alcanzados en gran parte de esta región como la falta de avances comparables en el resto del mundo.
El número de personas que contrae el VIH aumenta en al menos 28 países, algunos de los cuales ya tienen epidemias importantes.
Si se compara con el año 2010, el número de personas que se contagian con el VIH ha aumentado en Europa oriental y Asia central, Oriente Medio y África del Norte, así como en América Latina.
Por el contrario, la cifra ha bajado en Asia y el Pacífico, Europa occidental y central, Norteamérica, el Caribe, África occidental y central, y en África oriental y meridional.
Actualmente, unos 39,9 millones de personas en todo el mundo viven con VIH. De estas, 38,6 millones tenían 15 años o más y 1,4 millones eran niños.
A finales de diciembre de 2023, unos 30,7 millones de personas o el 76,9 por ciento de todas las personas que vivían con el VIH, accedían al tratamiento antirretroviral. Pero también en este apartado la cifra está aún por debajo del objetivo de 34 millones establecido para el año 2025.
A su vez, desde el pico alcanzado en 2004, los casos de muertes relacionados con el sida se han reducido en más del 69 por ciento, hasta 630.000 personas en 2023 en todo el mundo. La meta para 2025 son reducir la mortandad por sida a 250.000.
La esperanza ahora en las vacunas contra la enfermedad. En ese sentido, científicos han realizado varios avances en el diseño de una clase de vacunas contra el VIH, las cuales podrían ofrecer una amplia protección contra el virus. Las revistas especializadas dan cuenta de cuatro nuevos trabajos de investigación en los que se han desarrollado distintos métodos para obtener anticuerpos neutralizantes de amplio espectro.
Los resultados de estos estudios aún preliminares se publican en las revistas Science, Science Translational Medicine y Science Immunology, y en los cuatro se describen nuevos pasos en una estrategia secuencial de vacunación para obtener una candidata eficaz frente al virus VIH.
Sin embargo, las autoridades sanitarias aún carecen de una vacuna eficaz y aprobada que induzca anticuerpos ampliamente neutralizantes, capaces de neutralizar las cepas circulantes más comunes del VIH, recuerda un resumen del grupo Science.
Una de las soluciones consiste en un proceso denominado selección de la línea germinal, en el que los investigadores utilizan una serie de proteínas dirigidas por el sistema inmunitario (inmunógenos) para guiar y ‘preparar’ a los linfocitos B jóvenes a medida que maduran en lugares denominados centros germinales. El objetivo, inducir a las células a producir anticuerpos ampliamente neutralizantes contra el VIH.