Son varios los efectos negativos que puede tener el dormir con el televisor encendido toda la noche. Estos son algunos de ellos:
Alteración del sueño: La luz azul emitida por el televisor puede inhibir la producción de melatonina, una hormona clave para regular el sueño. Esto puede dificultar la conciliación del sueño y alterar la calidad del mismo, causando despertares frecuentes o un sueño superficial.
Fatiga y somnolencia diurna: La mala calidad del sueño puede llevar a una sensación de cansancio constante durante el día, lo que afecta la concentración, el rendimiento en el trabajo o estudios, y aumenta el riesgo de accidentes.
Aumento del estrés: La exposición continua a la luz y el ruido del televisor durante la noche puede elevar los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Esto puede contribuir a un aumento de la tensión y la ansiedad.
Problemas de salud mental: La falta de un sueño reparador y el estrés acumulado pueden contribuir a problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad.
Riesgo de obesidad: La falta de sueño está relacionada con el aumento de peso. La privación del sueño afecta las hormonas que regulan el apetito, lo que puede llevar a comer en exceso y, eventualmente, a la obesidad.
Problemas cardiovasculares: La privación crónica del sueño puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas, presión arterial alta y otros problemas cardiovasculares.
Investigación reveló que la falta de sueño anula los resultados de la actividad física diaria
Para mantener un estilo de vida saludable, el ejercicio es una parte fundamental. Sea cual sea el tipo de rutina o tiempo dispuesto, realizar actividad física es importante junto con la alimentación. Sin embargo, malos hábitos como la falta de sueño imposibilitan sacarle el máximo provecho.
La cantidad de horas de sueño son importantes para ver los resultados del ejercicio. A simple vista no tienen relación alguna, pero una reciente investigación encontró la relevancia entre ambos asuntos, concretamente con el funcionamiento correcto del cerebro.
El estudio Asociaciones conjuntas de la actividad física y la duración del sueño con el envejecimiento cognitivo: análisis longitudinal de un estudio de cohorte inglés, publicado por Lancet Healthy Longevity, indica que las personas con actividad física frecuente y en especial con mayor intensidad, pero descansando menos de seis horas en las noches, presentaban un deterioro cognitivo considerable en contraste con las personas que se ejercitaban en menor nivel pero con un descanso balanceado.
“Nuestro estudio sugiere que puede ser necesario dormir lo suficiente para obtener todos los beneficios cognitivos de la actividad física”, explicó la Dra. Mikaela Bloomberg, autora principal de la investigación, al señalar que los resultados encontrados demuestran que el sueño y el ejercicio van de la mano.