Los cigarrillos electrónicos se han convertido en una alternativa de consumo que, sin embargo, no está desprovista de riesgos. Vale decir, para empezar, que se dividen en dos grandes grupos: por un lado, están los sistemas electrónicos de administración de nicotina (conocidos con la sigla Sean) y los sistemas electrónicos sin nicotina (Sesn).

Estos dispositivos calientan de forma automática algunos líquidos que más tarde pasan a ser inhalados por los usuarios. Si bien algunos de ellos no usan ningún tipo de nicotina (son los que se conocen popularmente como vapeadores), sí incluyen líquidos que pueden resultar nocivos para la salud de los consumidores.

No obstante, algunas compañías tabacaleras e incluso organizaciones que defienden la premisa del consumo de bajo riesgo han promovido el uso de vapeadores para que los fumadores mejoren sus hábitos y dejen el cigarrillo.

Por un lado, sostienen que les permitiría dejar de consumir productos nocivos para sus pulmones de forma progresiva. Y, por el otro, advierten que podrían hacer menos daño que los cigarrillos tradicionales.

Pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) y algunos expertos médicos no están de acuerdo con estas premisas.

¿Los vapeadores sirven para dejar de fumar?

Michel Corban, un cardiólogo intervencionista de la organización sanitaria sin ánimo de lucro, Banner Health, señaló que el consumo de estos dispositivos no necesariamente implica que las personas vayan a dejar de fumar.

De hecho, la evidencia científica muestra que los hábitos de consumo no se vuelven menos nocivos cuando se usan los vapeadores.

“En tanto que un estudio reciente encontró que los cigarrillos electrónicos con nicotina eran más efectivos que las terapias de reemplazo de nicotina y el apoyo conductual para ayudar a los fumadores de tabaco a dejar de fumar, muchos fumadores que emplearon el vapeo como auxiliar para la cesación del tabaquismo, acabaron usando los dos”, aseguró Corban, refiriéndose a una investigación que se realizó en 2014 y se actualizó en septiembre de 2021.

En otras palabras, es probable que los fumadores de tabaco pasen a usar cigarrillos electrónicos que contienen nicotina, pero las posibilidades de que un fumador deje el cigarrillo tradicional tras usar un vapeador son menores. De hecho, podrían consumir todo al tiempo, empeorando a un más los riesgos para su salud.

Hay estudios que asocian el vapeo a otros problemas de salud, como la disfunción eréctil. | Foto: Getty Images

“Hasta la fecha, las pruebas disponibles sobre el uso de SEAN como ayuda para dejar de fumar no son concluyentes. En parte debido a la diversidad de los productos de SEAN y la baja certeza de los resultados de muchos estudios, no está claro el potencial que tienen esos dispositivos como una intervención para dejar de fumar a nivel poblacional”, ha señalado por su parte la OMS.

Además, el ente multilateral les ha pedido a los países implementar otras estrategias que se sabe que funcionan, como la habilitación de líneas telefónicas y las asesorías de parte de los profesionales de la salud.

¿Los vapeadores son menos peligrosos que los cigarrillos?

De otro lado, se ha señalado que los vapeadores y los cigarrillos electrónicos que incluyen nicotina pueden representar un riesgo reducido para la salud. No obstante, cada vez hay más evidencia científica de que hay afectaciones considerables para el sistema respiratorio y el organismo en general.

“La mayoría de los cigarrillos electrónicos contienen nicotina o sales de nicotina, algunos contienen acetato de vitamina E, y muchos producen un vapor que contiene gran cantidad de sustancias químicas nocivas, incluyendo: diacetilo, formaldehído, acroleína, benceno y otras sustancias tóxicas, carcinógenos y metales pesados”, indicó por su parte el doctor Corban.

Por su parte, la OMS ha recomendado que lo mejor es simplemente no consumir ningún tipo de cigarrillo tradicional, cigarrillo electrónico o vapeador.

Según el ente multilateral, el consumo de estos dispositivos también incluye otros riesgos que no se mencionan tan frecuentemente como la posibilidad de que sean utilizados por parte de niños y adolescentes que los encuentran en el mercado con mayor facilidad.

De hecho, a la OMS le preocupa que los vapeadores o los cigarrillos electrónicos sirven como una puerta de entrada a usar otros productos que incluyen tabaco.

Uno de los aspectos más difíciles respecto a estos nuevos dispositivos es que carecen de regulación en varios países. Por ejemplo, en Colombia el Congreso de la República no ha legislado al respecto y aunque se han radicado varios proyectos de ley que regulan su consumo, estos han sido engavetados.