Cada día a un salón llegan 15 recién nacidos. En seis meses, ya se cuentan alrededor de 2.400 bebés. En tres años pueden llegar a ser hasta 15.000. Todos ellos tienen en común que sus madres, son niñas y adolescentes entre los 10 y 14 años.
Si bien el primer escenario del salón es recreado, para hacerse una idea de las cifras, el segundo, sobre las madres y sus bebés, es un asunto real que preocupa a las autoridades. Y por eso, a partir de estas cifras, los expertos vuelven a pedir atención al tema.
“En 2021, según cifras del DANE, se registraron 111.548 nacimientos en niñas y adolescentes entre los 10 y 19 años. De estas, 4.732 (4,2%) fueron de niñas entre los 10 y 14 años. Para este grupo etario, esta cifra supone un incremento del 10,0% con respecto al año 2020, cuando se registraron 4.301 nacimientos”, señaló en su más reciente informe, el Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana.
Asimismo, explicaron los investigadores que al analizar las cifras preliminares de Estadísticas Vitales entre enero y julio de este año, “se encuentra que se registraron 2.416 nacimientos en niñas de 10 a 14 años, es decir, una disminución de 6,1% respecto a 2021, pues se registraron 2.573 nacimientos en estos mismos meses. No obstante, los nacimientos en 2022 incrementaron 2,9 % respecto a los mismos meses de 2020″.
El panorama es más complejo para las menores en zonas rurales, si se tiene en cuenta que entre los meses de enero y julio de 2021 y 2022 incrementaron los nacimientos.
“Se debe prestar especial atención a las niñas que residen en las zonas rurales. Aunque entre enero-julio de 2022 y enero-julio 2021 se registra una disminución del total de nacimientos en niñas de 10 a 14 años, esta realidad varía entre las zonas rurales y las urbanas. En las zonas urbanas, los nacimientos en niñas disminuyeron 6,5 %, pero en las zonas rurales se incrementaron en 11,9 %”, agregaron en su documento Embarazo infantil y adolescente en Colombia.
Por departamentos, el que más reportó nacimientos en este grupo de edad, para el primer semestre de este año, fue Antioquia, con 284 casos (11,8 %). Le siguen Bolívar con 199 (8,2 %) y Córdoba con 138 nacimientos (5,7 %).
Lo que concluyó el análisis
Señalan desde LEE que la cantidad de nacimientos en madres que tienen de 10 a 14 años venía disminuyendo desde 2015, sin embargo, “en el año 2021 se evidenció un incremento del 10 % respecto al año anterior. Es decir, que 2021 rompió la tendencia decreciente que venía de años atrás. El incremento de los nacimientos durante 2021 sugiere que las niñas y adolescentes estuvieron más expuestas a abusos y situaciones de violencia en sus hogares durante los confinamientos y cuarentenas decretadas para contener el coronavirus”.
Asimismo, relacionan que durante este año la Fiscalía general de la Nación ha iniciado 18.327 investigaciones por abuso sexual contra menores, de las cuales el 84,0 % corresponden a investigaciones en las que la víctima es una niña.
¿Qué hacer al respecto?
El LEE propone varios caminos que incluyen la educación sexual y el cumplimiento de normativas ya existentes para Colombia.
- Educación Sexual. Explican que se debe mejorar el acceso a Educación Integral en Sexualidad, que incluya consejería en el uso de métodos anticonceptivos, prevención de enfermedades de transmisión sexual, educación sobre la responsabilidad compartida en las relaciones, la importancia del consentimiento, así como los posibles canales de atención y denuncia en casos de abuso sexual.
- Acciones estatales. Sustentan que las diferentes entidades del Estado pueden lograr una articulación que incluya el monitoreo del CONPES 147 de 2010, sobre los Lineamientos para el desarrollo de una estrategia para la prevención del embarazo en la adolescencia y la promoción de proyectos de vida.
- Atención en salud. Argumentan que es necesario el fortalecimiento de la atención en salud a las niñas y adolescentes madres o en embarazo, teniendo en cuenta que los embarazos en edades tempranas suponen un riesgo elevado…
Entre otras sugerencias, señalan que es necesario el seguimiento y acompañamiento para disminuir la deserción escolar. Además de buscar la culminación de los estudios en mujeres que son madres a temprana edad y de la atención psicosocial tanto para la menor y su familia, “considerando los impactos emocionales de un embarazo a temprana edad y sus posibles efectos en el largo plazo”.