La pérdida auditiva es un fenómeno que se manifiesta cuando la capacidad auditiva de una persona se ve disminuida, lo que resulta en una dificultad para percibir adecuadamente los sonidos que nos rodean.
Este trastorno sensorial puede tener un impacto significativo en la vida cotidiana, ya que puede dificultar la participación en conversaciones y la apreciación de diversos sonidos ambientales.
Adicionalmente, es importante destacar que la pérdida auditiva no es una condición homogénea, sino que se puede clasificar en diversas categorías en función del grado de disminución de la capacidad auditiva.
Estas categorías son un aspecto fundamental en la caracterización y comprensión de la pérdida auditiva, ya que permiten diferenciar la severidad del trastorno y adaptar los enfoques de tratamiento en consecuencia.
Las clasificaciones más comunes utilizadas para describir la pérdida auditiva se dividen en varios niveles: pérdida auditiva leve, moderada, severa y profunda. A su vez, la disminución auditiva se clasifica según la intensidad de los sonidos que una persona puede oír.
En la pérdida auditiva leve, se escuchan sonidos de 25 a 40 decibeles. La pérdida auditiva moderada abarca de 40 a 70 dB. La pérdida auditiva severa va de 70 a 95 dB. La pérdida auditiva profunda es de 95 dB o más alto. Estos rangos indican cómo la capacidad de percibir sonidos se reduce a medida que aumenta el grado de pérdida auditiva.
Es por ello que GAES, una marca Amplifon, se ha posicionado como una de las líderes en salud auditiva en Colombia y el mundo, y ha dispuesto de islas distribuidas en cuatro ciudades de Colombia (Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla) en las que se han atendido más de cinco mil personas. Estas islas tienen como objetivo instruir y evaluar que tal está la salud auditiva de los colombianos.
Según datos de la empresa, se ha detectado que el 40 % de los pacientes presenta alguna deficiencia auditiva. Estos puntos están dispuestos para que las personas se realicen pruebas de tamizajes auditivos de manera gratuita y conozcan las únicas islas en las que no volverán a estar solos.
“Lo único que los colombianos deben hacer es acercarse a cualquiera de estas islas y pedir su prueba rápida gratuita, con eso podremos identificar si tienen alguna disminución e iniciar un tratamiento con dispositivos auditivos hechos a la medida de sus necesidades”, explica Lorena Romero, audióloga y coordinadora de calidad y formación de la empresa.
Asimismo, señala que parte de la sociedad comete el error de subestimar estos problemas y genera un autodiagnóstico, introduce líquidos u objetos extraños o busca en internet cómo mejorar su audición sin contar con un diagnóstico correcto sobre qué es lo que pasa en sus oídos.
Sin embargo, para detectar realmente qué ocurre, “es necesario realizar tamizajes, audiometrías o exámenes especializados para determinar si la falla se encuentra en el oído externo, medio o interno, con lo cual se podrá clasificar el tipo de disminución auditiva”, afirma Romero.
Para cuidar la audición, las principales recomendaciones son: evitar la exposición prolongada a sonidos fuertes, superiores a 85 dB; no automedicarse ni aplicarse líquidos extraños en el interior del conducto auditivo si no lo prescribe un especialista; utilizar auriculares de entretenimiento durante un máximo de una hora y a un volumen que no supere el 60 % de la capacidad del aparato; no introducir ganchos, llaves, copitos o cualquier otro elemento en el conducto auditivo, y utilizar protectores auditivos en ambientes acuáticos y ruidosos (incluidas discotecas y festivales).
No obstante, según el caso, puede que surjan otras recomendaciones, por lo que siempre es recomendable que consulte a un experto, pues “es fundamental someterse a evaluaciones auditivas con un especialista en audición al menos una vez al año y evitar introducir objetos extraños en los conductos auditivos”, afirma Romero. Es por ello que una visita oportuna puede mejorar la calidad de vida durante años.