Un esguince es una lesión de los ligamentos (bandas de tejido fibroso que conectan los huesos entre sí en una articulación). Ocurre cuando estos ligamentos se estiran o se desgarran, generalmente debido a un movimiento brusco, una torsión o una caída.
Aunque los esguinces pueden ocurrir en diferentes articulaciones como el hombro, la muñeca y la rodilla, el más común de todos es el de tobillo, que se presenta cuando se tuerce o gira la articulación de manera incorrecta.
Este tipo de lesión es más prevalente entre los atletas y personas con actividad física, aunque puede extenderse a la población general y puede tener consecuencias a largo plazo si no se maneja adecuadamente.
Los esguinces se clasifican en tres grados según su severidad y complejidad:
1. Grado I (Leve):
Estiramiento ligero de los ligamentos con pequeñas fibras desgarradas. La articulación se mantiene estable.
2. Grado II (Moderado):
Desgarro parcial del ligamento con mayor
inestabilidad en la articulación y dolor más significativo.
3. Grado III (Grave):
Desgarro completo del ligamento lo que resulta en una articulación inestable y una pérdida significativa de la función.
Los síntomas de un esguince pueden incluir dolor inmediato, que se intensifica al mover la articulación afectada, hinchazón, moretones debido al sangrado bajo la piel, rigidez, sensibilidad al tacto e inestabilidad en los casos más severos, dificultando la capacidad de soportar peso o mantener la estabilidad.
¿Por qué los esguinces son más frecuentes en el tobillo?
El tobillo es una articulación compleja que soporta el peso del cuerpo y permite una amplia variedad de movimientos. Esta combinación de funciones lo hace particularmente vulnerable a lesiones. En el caso de los deportistas, quienes practican disciplinas como el fútbol, tenis, baloncesto o voleibol que requieren saltos o cambios rápidos de dirección, aumentan el riesgo en sufrir un esguince de tobillo debido a las fuerzas que se aplican a la articulación.
El doctor Carlos Rodrigo Castillo, ortopedista de la Clínica del Country, señala que “el 20% de las urgencias ortopédicas atendidas en esta clínica, corresponden a problemas de esta índole. Cabe resaltar esta publicación médica denominada, “Epidemiología de los esguinces de tobillo y de la inestabilidad crónica del tobillo” publicado en Journal of Athletic Training, en donde se encontró que los esguinces de tobillo representan aproximadamente el 15% de todas las lesiones deportivas.
Adicionalmente, el estudio señala que el 70% de las personas que sufren un esguince de tobillo agudo pueden desarrollar inestabilidad crónica de tobillo, lo que puede llevar a una interferencia en las actividades cotidianas.
Prevención y tratamiento
La prevención de esguinces de tobillo debe ser una prioridad para los entrenadores, atletas y personas que desarrollen actividad física frecuente. Programas de entrenamiento que incluyan ejercicios de equilibrio y fortalecimiento pueden ayudar a reducir el riesgo de lesiones, usar calzado adecuado que proporcione soporte, el uso de vendajes y tobilleras durante las actividades deportivas y estar alerta al entrenar en superficies irregulares durante los entrenamientos, son algunas de las recomendaciones que da el especialista en materia de prevención.
Según el doctor Castillo el tratamiento de un esguince de tobillo empieza generalmente las siguientes recomendaciones:
- Reposo: evitar actividades que provoquen dolor.
- Hielo: aplicar hielo en intervalos de 15-20 minutos para reducir la hinchazón.
- Compresión: usar vendajes elásticos para disminuir la inflamación.
- Elevación: mantener el tobillo elevado por encima del nivel del corazón para reducir la hinchazón.
Sin embargo, el ortopedista de la Clínica del Country afirma que entre el 15% y 20% de los pacientes con esguince de tobillo, no responden adecuadamente a este tratamiento. Por eso, hace un llamado a no minimizar esta lesión ‘Un esguince de tobillo, por muy común que sea, no es una lesión que deba tomarse a la ligera, sin un tratamiento adecuado, puede llevar a complicaciones graves como la inestabilidad crónica del tobillo, lesiones del cartílago del tobillo, dolor e inflamación crónica asociada a deterioro de la función, lo cual puede afectar significativamente la calidad de vida y el rendimiento deportivo”.
Es importante resaltar terapias coadyuvantes como:
- Analgésicos y antiinflamatorios: se pueden administrar medicamentos para manejar el dolor y la inflamación.
- Fisioterapia: incluye ejercicios de fortalecimiento, estiramiento, y entrenamiento de equilibrio y propiocepción.
Por último la opción de la cirugía se considera en casos de esguinces severos con ruptura completa de los ligamentos o cuando existe inestabilidad crónica que no responde a otros tratamientos. La cirugía implica la reparación o reconstrucción de los ligamentos dañados.
En caso de sufrir un esguince de tobillo, es recomendable tener un tratamiento adecuado y a tiempo. La rehabilitación debe enfocarse en restaurar la movilidad, fortalecer los músculos del tobillo y mejorar la propiocepción para evitar futuras lesiones. La rehabilitación y el cuidado post-lesión no solo son decisivos para el retorno a la actividad deportiva, sino también para la salud a largo plazo del paciente.
El doctor Castillo apunta a que “la valoración médica debe ser la prioridad al momento de sufrir una lesión en el tobillo, antes de realizar cualquier tratamiento casero, invito a las personas a que visiten el servicio de ortopedia de la Clínica del Country y Clínica La Colina para recibir un diagnóstico preciso y un tratamiento oportuno”.