Derecho a la salud, ¿para todos?, fue el nombre del debate más reciente sobre la reforma a la salud que lidera el gobierno del presidente Gustavo Petro. Entre los participantes al evento público estaban el viceministro de Salud Pública, Jaime Urrego, el representante a la Cámara por el Centro Democrático, Andrés Forero, la exdirectora de la Adres, Diana Cárdena, el consultor y exmagistrado Aquiles Arrieta, el concejal y expresidente de la Anir, Luis Carlos Leal y el exministro de Salud y Educación Alejandro Gaviria.
Justo lo dicho por Gaviria tiene bastante peso, por distintas razones, como su salida del gabinete del actual gobierno por las diferencias con la propuesta que lidera la ministra de Salud, Carolina Corcho, y porque se desempeñó como jefe de la cartera de la Salud durante seis años del gobierno de Juan Manuel Santos.
Ahora, en el debate, expresó tres de sus preocupaciones fundamentales sobre el proyecto de reforma. El primero tiene que ver con uno de los argumentos que con insistencia han usado quienes defienden la propuesta original.
“Me parece que los argumentos del gobierno han confundido la participación en la construcción de una ley con los debates de liberación política. Yo critiqué hoy un argumento que ha sido repetido por parte del gobierno y es que esta reforma ya es un mandato popular. Esta reforma no es un mandato popular, y es una reforma que necesita apertura en el debate. Esto es que ese primer programa que presentó el presidente tiene que reformarse”, explicó con contundencia.
El segundo punto al que se refirió se relaciona con la sostenibilidad. “La propuesta de reforma a la salud ha evadido el debate fundamental sobre la presión tecnológica, sobre cómo incorporar las nuevas tecnologías y los debates éticos y bioéticos”, aseguró Gaviria.
El tercer punto que expuso tiene que ver con las capacidades y cambio de responsabilidades. “Se habla mucho del fortalecimiento de lo público, pero no se tiene en cuenta que las capacidades en buena parte del territorio están hoy en las EPS y cómo se va a hacer esa transferencia de capacidad sigue siendo una preocupación fundamental de la reforma. No me parece que tenga, incluso en el capítulo de transición, una argumentación clara al respecto”.
Aquí se puede ver la transmisión completa.
Fracasó la reforma a la salud de Carolina Corcho: La U se aparta del diálogo, al igual que los conservadores y los liberales
Es crónica de una muerte anunciada. La reforma a la salud de la ministra Carolina Corcho tiene las horas contadas en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes, donde ingresó para surtir su trámite legislativo.
En la tarde de este miércoles 29 de marzo recibió el primer golpe producido por el Partido Conservador, que decidió apartarse porque algunas de sus propuestas acordadas con el presidente Gustavo Petro no quedaron plasmadas en el más reciente informe de borrador que envió el Gobierno.
El director del partido, Efraín Cepeda, dijo que no se volvería a sentar a hablar más del tema con el Gobierno porque era “perder el tiempo”.
Y minutos después, el Partido de La U decidió que tampoco acompañará la iniciativa.
“Recibida la ponencia del proyecto de reforma a la salud, encontramos que no se contemplan los acuerdos pactados, por lo cual presentaremos una ponencia alterna que recoja las propuestas presentadas por los partidos para salvar vidas”, anunció desde su cuenta personal de Twitter, Dilian Francisca Toro.
La exgobernadora del Valle fue la más conciliadora de los tres líderes políticos. De hecho, insistió hasta última hora en la necesidad de lograr consensos.
No obstante, después del último borrador que envió el Gobierno, decidió apartarse de la iniciativa y seguir los pasos de Efraín Cepeda y el expresidente César Gaviria, quien fue el primero en sentirse burlado por la ministra Carolina Corcho y retirarse de la mesa de negociación al comienzo de esta semana.
Con la decisión de Toro y Cepeda, la reforma a la salud perdió otros 4 votos en la Comisión Séptima de la Cámara, entre ellos, los congresistas Gerardo Yepes y José Quevedo, del Partido Conservador, además de Víctor Salcedo —uno de los más críticos a la iniciativa— y Camilo Ávila, representantes del Partido de la U.