La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) les envió unas cartas de advertencia a empresas que estaban vendiendo productos que incluían una sustancia psicoactiva del cannabis conocida como Delta-8 THC.
“Estos productos pueden confundirse fácilmente con alimentos tradicionales como papas fritas, galletas, dulces, gomitas u otros refrigerios. A la FDA le preocupa que los consumidores, incluidos los niños, puedan ingerir accidentalmente estos productos o que los tomen en dosis superiores a las previstas”, señaló la autoridad sanitaria a través de un comunicado de prensa.
Puntualmente, señaló que les envió cartas a las empresas Delta Munchies, Dr. Smoke LLC (también conocida como Dr. S LLC), Exclusive Hemp Farms/Oshipt, Nikte’s Wholesale LLC, North Carolina Hemp Exchange LLC y The Haunted Vapor Room.
“Los niños son más vulnerables que los adultos a los efectos del THC, y muchos de ellos se han enfermado e incluso han sido hospitalizados después de consumir ‘productos comestibles’ que lo contienen. Es por eso que emitimos advertencias a varias compañías que venden imitaciones de productos alimenticios que contienen Delta-8 THC, que pueden confundirse fácilmente con alimentos populares que son atractivos para los niños y pueden hacer que un niño pequeño lo ingiera en dosis muy altas sin darse cuenta”, aseguró la Comisionada Principal Adjunta de la FDA, la doctora Janet Woodcock.
Según explicó, los productos que motivaron las advertencias de la entidad estarían imitando “de manera intencional” a otras referencias de comidas ampliamente conocidas en el mercado estadounidense y que generalmente comercian refrigerios.
Woodcock advirtió que estos productos “usan nombres de marcas, logotipos o imágenes similares en el envase, que los consumidores, especialmente los niños, pueden confundir con refrigerios tradicionales. También nos preocupa que los adultos puedan consumirlos de manera involuntaria o consumir una dosis más alta de la prevista y sufrir consecuencias graves.
Este riesgo es especialmente peligroso para aquellas personas que conducen, trabajan o tienen otras responsabilidades. La FDA mantiene su compromiso de tomar medidas contra cualquier compañía que venda de manera ilegal productos regulados que puedan representar un riesgo para la salud pública”.
La FDA sostuvo que la Delta-8 THC se puede encontrar en la planta de cannabis sativa, que incluye variedades como la marihuana y el cáñamo. El punto que preocupa a la autoridad sanitaria estadounidense es que está demostrado que tiene efectos psicoactivos e incluso “intoxicantes”, los cuales pueden poner en riesgo a los consumidores. Más aún, porque no han pasado por la evaluación de las autoridades.
De hecho, la FDA aseveró que ya ha recibido reportes de personas que han tenido efectos adversos graves tras consumir los productos con la sustancia cannábica. Entre otras cosas manifestaron síntomas como mareos, vómitos, temblores, alucinaciones, ansiedad e incluso en algunos casos llegaron a perder el conocimiento.
“La comercialización de productos comestibles con THC que los niños pueden confundir fácilmente con alimentos regulares es imprudente e ilegal”, señaló, por su parte, Samuel Levine, director de la Oficina de Protección al Consumidor de la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos.
“Las compañías deben asegurarse de que sus productos se comercialicen de manera segura y responsable, especialmente cuando se trata de proteger el bienestar de los niños”, añadió Levine.
La FDA incluso recordó que desde junio del año pasado ya les había advertido a los consumidores los riesgos que corrían al consumir productos alimenticios que contenían Delta-8-THC.
“Como se indicó en la advertencia, la agencia recibió más de 125 reportes sobre efectos adversos desde el 1 de enero de 2021 hasta el 31 de mayo de 2022, relacionados con niños y adultos que consumieron productos comestibles que contenían Delta-8 THC. Diez de los informes mencionan específicamente que el producto comestible es una imitación de los refrigerios populares”, sostuvo la autoridad sanitaria estadounidense.
Y concluyó señalando que las cartas de advertencia que ha enviado piden respuestas por parte de las compañías, que tendrán que responder en un plazo de 15 días hábiles.
“Si no se abordan de inmediato las violaciones, se pueden iniciar acciones legales, incluidas incautaciones de productos y/o medidas cautelares”, concluyó la entidad sanitaria.