En el primer trimestre de 2023, se ha registrado una reducción significativa en el número de defunciones no fetales en Colombia, según los datos reportados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), este viernes 23 de junio. Esta disminución ha sido del 18,2%, lo que equivale a 14.446 defunciones menos, en comparación con el mismo período del año anterior.
Durante este primer trimestre, los adultos de 60 años y más fueron quienes concentraron el mayor número de defunciones, alcanzando un total de 46.774 casos, lo que representa el 72% del total. Sin embargo, también se observó una disminución del 21,7%, en comparación con el mismo período del año anterior, lo que equivale a una reducción de 12.971 casos.
En cuanto a las defunciones por causa natural en hombres, se ha registrado una reducción del 22,2% en el primer trimestre de 2023, comparadas con el mismo período del año anterior. Dentro de las enfermedades que más cobraron la vida de los hombres en este período, se encuentra el tumor maligno de próstata, que causó la muerte de 838 colombianos. Además, la diabetes mellitus también se posiciona como una de las principales causas de muerte, pues cobró la vida de 896 hombres en tan solo 3 meses.
En el caso de las mujeres, el tumor maligno de mama se ubicó en el noveno puesto, ocasionando la muerte de 950 mujeres durante los primeros 3 meses del año 2023. Por otro lado, la diabetes mellitus se posicionó en el quinto lugar, causando el deceso de 1.057 mujeres en el mismo período.
En términos generales, se observa una tendencia a la baja en el número de defunciones no fetales en el país. Durante los primeros 4 meses del 2023, se presentaron un total de 86.427 defunciones no fetales: el 54,8% fueron hombres; y el 45,2%, mujeres. Esta cifra representa una disminución del 13,8%, en comparación con el mismo período del año anterior. Las defunciones en hombres descendieron un 14,4%, mientras que en mujeres la disminución fue del 13,1%.
Es importante destacar que, durante los primeros cuatro meses del 2023, se observa que el perfil de mortalidad del país está volviendo a los niveles anteriores a la pandemia de la covid-19. Esto indica que las enfermedades previas a la pandemia están retomando su impacto en la mortalidad de la población.
En términos específicos, las enfermedades isquémicas del corazón continúan siendo una de las principales causas de muerte en Colombia. Durante el 2022, estas enfermedades cobraron la vida de 45.242 adultos mayores en el país. Además, las enfermedades cerebrovasculares y las enfermedades hipertensivas también tuvieron un impacto significativo, pues causaron la muerte de 70.324 adultos mayores en el mismo año. Por otro lado, las enfermedades crónicas de las vías respiratorias y las infecciones respiratorias agudas cobraron la vida de 22.365 adultos mayores.
Estos datos reflejan la importancia de continuar fortaleciendo las medidas de prevención y control de enfermedades crónicas en la población colombiana. Es fundamental fomentar estilos de vida saludables, promover el acceso a servicios de salud y garantizar una atención adecuada para aquellos que padecen estas enfermedades. Asimismo, se requiere de una atención especial en el caso de enfermedades como el cáncer de próstata y el cáncer de mama, para poder detectar y tratar estos casos de manera oportuna.
En resumen, aunque se ha observado una disminución en el número de defunciones no fetales en Colombia durante el primer trimestre de 2023, aún existen enfermedades que representan un desafío importante en términos de mortalidad. Es fundamental continuar trabajando en la promoción de la salud y en la prevención de enfermedades para garantizar el bienestar y la calidad de vida de la población colombiana.
En estos datos vale la pena destacar la reducción del 18,2 %en el número de defunciones no fetales, en comparación con el mismo período del año anterior. Esta disminución refleja avances en la prevención y el control de enfermedades, lo cual tiene implicaciones económicas positivas. Menos defunciones significan una menor carga para el sistema de salud, permitiendo redirigir recursos hacia otras áreas prioritarias y mejorar la atención médica en general.
Así mismo, es destacable el descenso en las defunciones de adultos mayores, que representan el grupo más vulnerable. La disminución del 21,7% en las defunciones de personas de 60 años y más refleja la efectividad de las políticas de protección y cuidado de este segmento de la población. Esto tiene implicaciones económicas relevantes, ya que un menor número de defunciones en esta franja etaria implica una menor presión sobre los sistemas de pensiones y seguridad social.
No obstante, a pesar de estos avances, se evidencia la persistencia de enfermedades crónicas como las principales causas de muerte en el país. Las enfermedades isquémicas del corazón, las enfermedades cerebrovasculares, la diabetes mellitus y los tumores malignos continúan cobrando vidas en cantidades significativas. Estas enfermedades representan un desafío en términos económicos, ya que su tratamiento y manejo requieren recursos considerables del sistema de salud.