La presión arterial elevada, o también conocida como hipertensión, es una afección que suele afectar, en su mayoría, a las personas de la tercera edad; sin embargo, los jóvenes no están exentos de padecerla, sobre todo cuando tiene antecedentes familiares de la enfermedad o cuando la persona lleva un estilo de vida sedentario y poco sano o, en su defecto, abusa de la ingesta de productos ultraprocesados y altos en sodio, como la sal.
Este padecimiento común afecta a las arterias del cuerpo. De acuerdo con la entidad Mayo Clinic, “cuando la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias es muy alta constantemente”, el corazón debe trabajar más para bombear sangre.
De hecho, la presión se eleva cuando este órgano transporta el líquido rojo por medio de sus latidos, en un proceso llamado presión sistólica. Cuando el corazón está en reposo, entre latidos, la presión arterial baja y se conoce como presión diastólica.
Aunque, este padecimiento la mayoría de veces no suele presentar síntomas, expertos recomiendan que los pacientes se hagan chequeos médicos de manera frecuente o cada vez que el profesional de la salud lo determine. Los Institutos Nacionales de Salud (por sus siglas en inglés, NIH) precisa que, en la mayoría de los adultos, una presión arterial normal es inferior a 120/80 mm Hg. Se considera alta cuando hay lecturas sistemáticas de presión sistólica de 130 mm Hg o más o lecturas de presión diastólica de 80 mm Hg o más.
Incluso, el American College of Cardiology (Colegio Estadounidense de Cardiología) y la Asociación Americana del Corazón, según reseñó Mayo Clinic, la presión arterial se divide en cuatro categorías generales:
- Presión arterial normal, equivalente a 120/80 milímetros de mercurio o inferior.
- Presión arterial alta, donde su valor máximo se sitúa de 120 a 129 milímetros de mercurio y el valor mínimo está por debajo (no por encima) de 80 milímetros de mercurio.
- Hipertensión de etapa 1, con un valor máximo que va de 130 a 139 milímetros de mercurio y el valor mínimo está entre 80 y 89 milímetros de mercurio.
- Hipertensión de etapa 2, donde su valor máximo es de 140 milímetros de mercurio o superior y el valor mínimo es de 90 milímetros de mercurio o superior.
Cabe resaltar que estar alerta a los valores de presión, pues de no hacerlo, expertos alertan los riesgos de un ataque cardíaco, accidente cerebrovascular u otros problemas de salud graves. Por lo que en ese momento, lo mejor será buscar atención médica de emergencia.
Por su parte, la entidad de salud antes mencionada, precisó que la presión arterial empieza a aumentar unas horas antes de que una persona despierte y va incrementando con el trascurrir del día, alcanzando su pico máximo al mediodía. Finalmente, empieza a bajar al final de la tarde y durante la noche; sobre todo cuando la persona duerme, suele ser aún más baja.
Signos de alerta con una presión arterial alta
De acuerdo con Mayo Clinic, aunque la gran mayoría de personas con presión arterial alta no tienen síntomas, “incluso si las lecturas de presión arterial alcanzan niveles peligrosamente altos”, en algunos casos puede ser la excepción, por lo que se debe estar alerta ante sintomatologías como:
- Dolores de cabeza
- Falta de aire
- Sangrados nasales
Sin embargo, “estos síntomas no son específicos. No suelen aparecer hasta que la presión arterial alta haya alcanzado un estado grave o que pone en riesgo la vida”, precisó la fuente citada.
Por último, concluyó la mejor manera de mantener la presión controlada si una persona no acude regularmente con el médico tratante; ante ello, “es posible que puedan hacerte una prueba de la presión arterial gratis en una feria de salud o en otros espacios dedicados a ello en tu comunidad. En algunas tiendas y farmacias, también hay aparatos para medir la presión arterial de uso gratuito. La precisión de estos aparatos depende de varios factores, como el tamaño correcto del brazalete y el uso debido de los aparatos”.