El cerebro es uno de los órganos más importantes en el organismo. De su funcionamiento depende gran parte del resto del cuerpo y, por eso, hay que conocerlo. El Instituto Neurológico de Colombia dice que el cuidado del cerebro está adherido a la calidad de vida de las personas, por lo que si alguien presenta cualquier síntoma que compromete a esta parte del organismo hay que acudir a un médico de inmediato.
Por su parte, desde una mirada internacional, la organización Teens Health de los Estados Unidos comparte que se puede comparar al cerebro como si fuese una computadora central que controla todas las funciones del cuerpo. Por ello, “el resto del sistema nervioso viene a ser una red o entramado que envía mensajes en ambos sentidos entre el cerebro y distintas partes del organismo”.
Por otro lado, nadie está exento de sufrir un accidente cerebral o tener enfermedades mentales. Para los expertos en salud, los trastornos o afecciones en el cerebro impactan en el comportamiento de cualquier ser, de manera que pueden perdurar hasta el final de sus días.
Medlineplus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, consigna que factores como los genes, la experiencia de vida, las lesiones, los virus, el consumo de alcohol y drogas, el cáncer, el aislamiento, entre otros más, pueden ser la causa de los trastornos mentales.
Sea cual sea el origen, al momento en el que una persona muere el cerebro tiene un comportamiento que es uno de los temas más investigados por el personal médico.
¿Qué le pasa al cerebro tras la muerte?
Una investigación publicada en la revista Scientific Reports detalla que horas después de la muerte de una persona, algunas células del cerebro siguen activas. El estudio, que hace parte de la Universidad de Illinois en Chicago (EE. UU.), precisa que también puede pasar que la actividad de dichas células crezca.
Para dar con la argumentación, los científicos analizaron la expresión génica en tejido cerebral fresco. Los datos se recopilaron durante cirugías generales de rutina, algunas veces “después de la extracción para simular el intervalo post mortem y la muerte”, según aportes de la Revista de Neumorología.
Entonces, los analistas vieron que la expresión génica de las células gliales del cerebro aumentaba. En ese orden de ideas, “los investigadores comprobaron que el patrón global de expresión génica en el tejido cerebral humano (fresco) no coincidía con ninguno de los informes publicados de expresión génica cerebral post mortem de personas sin trastornos neurológicos o de personas con una amplia variedad de trastornos neurológicos, que van desde el autismo a la enfermedad de Alzheimer”.
De este modo, se llegó a establecer que el 80 % de los genes estudiados permanecieron estables durante un día o 24 horas, entre ellos se encontraron los genes de mantenimiento.
Reanimación
Desde la mirada de la doctora en biología Anna Von Hopffgarten, nacida en Suecia, en el área clínica una de las situaciones que más tensión genera es el momento de la reanimación de los pacientes. Luego de cuatro o cinco minutos de volver a darle vida a las personas, la experta detalla que pueden presentar problemas en el cerebro que conducen a fallas de la coordinación motora.
En recopilaciones de la revista española Investigación y Ciencia, “las células piramidales de la corteza cerebral mueren rápido por la carencia de oxígeno. Según el lugar donde hayan resultado dañadas, las consecuencias varían”. Por esta razón, diagnósticos con falta de percepción sensorial, las funciones cognitivas, el pensamiento lógico o el lenguaje inciden después de una reanimación.
En efecto, “mucho después queda afectado el tronco del encéfalo. De forma gradual pierde la facultad de controlar funciones vitales, como la respiración y la deglución”, según Hopffgarten.