A poco más de seis meses de que el Reino Unido hubiera identificado los primeros casos de viruela del mono que pusieron en jaque al mundo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio detalles sobre el trabajo que llevaron a cabo los países de Europa para controlar la difusión del virus.

El viejo continente fue, precisamente, uno de los más afectados, pues en julio pasado acumulaban nueve de cada diez casos reportados en todo el mundo.

Fue a finales de julio que Tedros Adhanmo Ghebreyesus advirtió que se trataba de una Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional. Se trata de un estado de alarma que permite a las autoridades sanitarias de varios países trabajar de forma coordinada.

Según indicó la OMS en su blog oficial, la viruela del mono llegó a 43 de los 53 países que componen el continente europeo. Por ello, su respuesta frente al brote definió “la trayectoria de la enfermedad en la región y más allá”. Y sirvió de ejemplo para el resto del mundo.

“Gracias a una combinación de pruebas, vigilancia, vacunación y cambios en el comportamiento, los casos de la enfermedad entre el grupo más afectado por este brote, hombres que tienen sexo con hombres (HSH), especialmente aquellos con múltiples parejas sexuales, (los contagios) han disminuido significativamente”, advirtió la OMS a través de su blog oficial.

Pese a que reconocieron que la desaceleración que ha presentado el virus en el viejo continente y otras partes del mundo es sin duda una buena noticia, también advirtieron que no se puede perder de vista que el objetivo principal es que se acabe la transmisión de la viruela del simio por completo y, más tarde, mantener esa eliminación con “sistemas continuos de prevención, detección y respuesta”.

Entre otras estrategias, la OMS destacó que en Europa se logró un acceso oportuno a las pruebas diagnósticas, invitar a las personas a ayudar con el rastreo de sus contactos cercanos y brindarles información suficiente y adecuada sobre los tratamientos disponibles a las poblaciones que tenían más probabilidades de resultar contagiadas. Así mismo, les indicaron a quienes se enfermaron cómo podían evitar contagiar a otras personas con quienes tuvieran contacto.

También indicaron que si bien a mitad de año (durante la temporada de verano en Europa) hubo varios eventos y festivales que reunieron a montones de personas, las autoridades sanitarias no solo identificaron el riesgo de que aumentara la transmisión del virus, sino que aprovecharon para compartir con la ciudadanía la información sobre detección y prevención de la viruela del mono.

“La OMS/Europa también ha ayudado a difundir buenas prácticas al compartir aprendizajes de países con estrategias de respuesta creativas y efectivas, como el establecimiento de un equipo de respuesta rápida en Portugal, que fue uno de los primeros países de Europa en mostrar signos de estabilización de la transmisión”, indicó el ente multilateral.

La vacunación también es clave

Si bien se ha identificado que las vacunas pueden prevenir el contagio con la viruela del mono, la OMS ha reconocido que las vacunas disponibles son muy limitadas. En esa medida, está pidiéndoles a los países que prioricen a los grupos que más requieren protección y los inviten a vacunarse.

No obstante, pidió mantener el equilibrio: por un lado deben buscar que las vacunas lleguen a quienes las necesitan, pero al mismo tiempo deben evitar cualquier tipo de estigma o discriminación.

En el caso de Colombia, el Ministerio de Salud ha señalado que está gestionando la llegada de 25.000 dosis de vacunas contra la viruela del mono. Se trata de una donación que se da después de la firma de un memorando de entendimiento.

Sin embargo, por lo pronto no se conoce cuándo llegarán las dosis a territorio nacional y el Ministerio de Salud ha mantenido total hermetismo respecto a las negociaciones, precisamente porque advierten que hacer declaraciones al respecto podría afectarlas.