El cáncer de estómago, también conocido como gástrico, se origina en las células que revisten el estómago, órgano que se encuentra ubicado en la parte superior del abdomen y que participa en la digestión de los alimentos, según el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos.
Los expertos explican que esta enfermedad se origina por cambios en el funcionamiento de las células del estómago, en especial en cómo se desarrollan y se dividen para formar nuevas células. Además, existen diversos factores de riesgo para que se desarrolle esta afección, y aunque muchos de ellos no son una causa directa, sí aumentan la probabilidad de que se produzcan daños en el ADN de las células, lo que puede originar cáncer de estómago.
Dentro de los riesgos se encuentran, entre otros, la infección por Helicobacter pylori (H. Pylori) que aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad en la parte media y baja del estómago, mientras que la obesidad y la enfermedad por reflujo gastroesofágico (Erge) aumentan la posibilidad de esta afección en la parte superior del estómago.
Según el instituto de investigación Mayo Clinic, en su etapa inicial este padecimiento pocas veces causa síntomas, razón por la cual es tan difícil de detectar tempranamente. Sin embargo, cuando aparecen, se registra indigestión y dolor en la parte superior del abdomen.
De acuerdo con los expertos, las señales de este tipo de cáncer no se presentan hasta que no está avanzado y en ese momento es muy probable que el paciente se sienta muy cansado, pierda peso involuntariamente, vomite sangre y presente heces de color negro.
También es posible que se presente sensación de llenura en el abdomen superior después de comer una comida liviana, acidez (agruras), náuseas, hinchazón o acumulación de líquido en el abdomen, sangre en las heces fecales y recuento bajo de glóbulos rojos, a lo que se le conoce como anemia.
En muchas ocasiones es probable que los síntomas del cáncer de estómago se confundan con las generadas por otras dolencias como, por ejemplo, un virus o una úlcera estomacal. Estos también ocurren con otros tipos de cáncer. No obstante, las personas con cualquiera de estos problemas, especialmente si estos no desaparecen o empeoran, deben consultar al médico para determinar cuál es la causa.
¿Cómo prevenir la enfermedad?
Para reducir el riesgo de tener cáncer de estómago, los especialistas de Mayo Clinic recomiendan:
- Consumir muchas frutas y verduras. Los expertos aconsejan intentar incorporar frutas y verduras a la dieta cada día. Lo ideal es elegirlas de colores variados.
- Reducir la cantidad de alimentos salados y ahumados. Para proteger el estómago es importante limitar la ingesta de estos alimentos.
Otras afecciones
El riesgo de cáncer de estómago aumenta en las personas que presentan las siguientes afecciones, asegura el Instituto Nacional del Cáncer.
- Gastritis atrófica crónica (adelgazamiento del tejido que reviste el estómago a causa de una inflamación prolongada del estómago).
- Gastritis atrófica con metaplasia intestinal (afección por la que células que, por lo normal, revisten los intestinos reemplazan a las células que revisten el estómago).
- Infección por el virus de Epstein-Barr.
- Anemia perniciosa (afección autoinmunitaria por la que los intestinos no pueden absorber bien la vitamina B12, lo que causa un recuento bajo de glóbulos rojos).
- Obesidad (exceso de peso corporal).
- Enfermedad por reflujo gastroesofágico (afección por la que el ácido del estómago se devuelve al esófago de manera repetida).