Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer cervical, también conocido como cáncer de cuello uterino, es el cuarto tipo de cáncer más común entre las mujeres a nivel global.
También han señalado que los tipos de virus de los papilomas humanos (VPH) 16 y 18 son los causantes de casi el 50% de las lesiones precancerosas del cuello uterino “de gran malignidad”, según ha señalado el ente multilateral.
El VPH es uno de los virus más comunes que se transmiten por contacto sexual. Se estima que la mayoría de personas resulta contagiada después de empezar su actividad sexual y que cerca del 90 % consigue eliminar la infección.
En enero, la OMS conmemora el mes de la concientización sobre el cáncer cervical. Así lo dio a conocer recientemente a través de su cuenta de Twitter. Allí recordó que que este tipo de cáncer puede prevenirse y tratarse, sobre todo si una persona recibe un diagnóstico temprano.
Por ello, la OMS invitó a las mujeres y las autoridades a mantenerse informadas, hacer exámenes periódicos y vacunarse siempre que puedan.
“Las mujeres con VIH tienen seis veces más probabilidades de padecer cáncer de cuello uterino que las mujeres sin VIH, y se calcula que el 5% de todos los casos de cáncer de cuello uterino son atribuibles al VIH”, indicó la OMS a través de un reporte compartido en abril de 2022.
Allí también indicaron que los casos de personas con VIH que también desarrollan cáncer de cuello uterino se dan “de forma desproporcionada” más comúnmente en las mujeres jóvenes.
A su vez, la OMS ha manifestado su inquietud a raíz de las hondas brechas que hay entre la posibilidad de prevenir y tratar este tipo de cáncer entre los países ricos y pobres.
Por ejemplo, el organismo multilateral ha señalado que en los países de ingresos altos hay programas de vacunación contra el VPH para las niñas, se usan cribados periódicos (para diagnosticar las lesiones precancerosas) y se ofrecen tratamientos efectivos a a las mujeres que resultan contagiadas.
Mientras tanto, en los países de ingresos bajos y medianos la OMS señala que “el acceso a esas medidas preventivas es limitado, por lo que con frecuencia el cáncer de cuello uterino no se detecta hasta que ya ha avanzado y aparecen los síntomas”.
A su vez, los tratamientos cuando las pacientes ya presentan cáncer no siempre están disponibles o tienen un acceso limitado, con lo cual las mujeres que tienen cáncer de cuello uterino en los países pobres y de ingresos medios tienen más probabilidades de morir.
“La elevada tasa de mortalidad mundial por cáncer de cuello uterino (tasa estandarizada por edad: 13,3/100 000 en 2020) podría reducirse mediante intervenciones eficaces en diferentes etapas de la vida”, concluyó la OMS.
Estos son los síntomas tempranos
Cuando las medida de prevención no son suficientes, es probable que haya una mayor cantidad de mujeres y adolescentes que contraigan el VPH y, con ello, aumenten el riesgo de presentar un caso de cáncer de cuello uterino.
Entre los síntomas tempranos, la OMS cita los siguientes:
- Manchado irregular o leve entre periodos menstruales entre las mujeres que se encuentran en edad reproductiva.
- Manchado o sangrado posmenopáusico.
- Sangrado después de mantener relaciones sexuales.
- Incremento en el flujo vaginal, en ocasiones con mal olor.
Después de la aparición del cáncer de cuello uterino, la OMS ha señalado que pueden manifestarse síntomas más fuertes como:
- Dolor persistente en la espalda, las piernas o la pelvis.
- Pérdida de peso, cansancio, pérdida de apetito.
- Flujo maloliente y molestias vaginales.
- Hinchazón en una o ambas piernas.
Vale decir, sin embargo, que el cáncer de cuello uterino debe ser diagnosticado por profesionales médicos a través de un examen histopatológico.