Una nueva investigación dejó en evidencia las delicadas consecuencias que tiene las benzodiazepinas, medicamentos comúnmente conocidos como ‘benzos’ y que se usan regularmente para tratar problemas de salud mental como ansiedad, esquizofrenia, trastorno bipolar, convulsiones y epilepsia, así como problemas de insomnio y espasmos musculares.
Según las cifras entregadas por el New York Post, cerca de 30 millones de estadounidenses toman estas sustancias anualmente; estudios recientes indican que estas medicinas estarían relacionadas con graves efectos secundarios y con huellas en la calidad de vida que pueden durar por años, incluso, después de haber dejado de consumir los famosos ‘benzos’.
Una nueva investigación publicada por Plos One y recogida por ese portal, deja en evidencia algunos de los efectos secundarios que han padecido la mayoría de quienes consumieron benzodiazepinas, pese a haber dejado de ingerirlas por más de un año.
Según el medio estadounidense, los pacientes experimentaron “poca energía, dificultad para concentrarse, pérdida de memoria, ansiedad, insomnio, sensibilidad a la luz y los sonidos, problemas digestivos, síntomas desencadenados por alimentos y bebidas, debilidad muscular y dolor corporal”.
La investigación señaló que además de estas sensaciones, el 54,7 % de los afectados indicaron haber tenido pensamientos suicidas o intentos de suicidio, dato revelador y aterrador que sitúa los reflectores sobre cómo estos medicamentos pueden terminar induciendo a las personas a este tipo de situaciones.
Así mismo, las personas consultadas durante la investigación también aseguraron que habían perdido su empleo, comenzaron a tener problemas en sus matrimonios y relaciones de pareja, sus ingresos disminuyeron mientras aumentaban sus gastos médicos y, además, empezaron a tener comportamientos violentos.
“Esto debería cambiar nuestra forma de pensar sobre las benzodiazepinas y cómo se recetan”, explicó el doctor Alexis Ritvo, profesor asistente de psiquiatría en la Universidad de Medicina de Colorado, citado por el portal estadounidense.
De la investigación hicieron parte 1.207 personas que confirmaron que consumían benzodiazepinas, estaban disminuyendo la dosis o que la habían dejado por completo.
“Los pacientes han informado efectos a largo plazo de las benzodiazepinas durante más de 60 años. Soy uno de esos pacientes. Francamente, mi vida es un infierno. Lo único que me ha mantenido en marcha es el hecho de que tengo un esposo y una hija de 5 años, honestamente, esta es probablemente la única razón por la que no he terminado con mi vida”, indicó la doctora Christy Huff, cardióloga y coautora del estudio, quien además es codirectora de Benzodiazepine Information Coalition, un colectivo que lucha por la protección de pacientes que consumen estos fármacos. La experta indicó que recurrió al medicamento siguiendo indicaciones de especialistas y que hace cuatro años no lo consume, pero que los síntomas aún persisten.
Y es que los responsables del estudio indican que el uso de estos medicamentos podría provocar cambios cerebrales y que estos se presentarían en uno de cada cinco personas que han sido recetadas con benzodiazepinas, algo que se vería reflejado a largo plazo y en lo que están tratando de recoger mayor evidencia para poder determinar con exactitud las consecuencias de este fármaco sobre el organismo.
Cabe señalar que las benzodiazepinas buscan disminuir la actividad cerebral al deprimir el sistema nervioso, por lo que producen sedación e hipnosis, reducen las convulsiones y ayudan a tratar ciertos problemas de salud mental, según informa la Agencia Antidrogas de Estados Unidos.
Su uso se popularizó desde 1960 cuando llegaron a las farmacias Librium y Valium, dos medicamentos que contienen benzodiazepinas; a los pocos años, según un estudio del Brazilian Journal of Psychriaty emitido en 2020, se convirtieron en las medicinas más recetadas en el mundo entero.