Según la Organización Mundial de la Salud, los trastornos del sistema cardiovascular son la principal causa de fallecimientos en todo el planeta. Y de esos trastornos, la hipertensión genera más del 50 por ciento de las muertes. Las estadísticas muestran que, en 2019, estas enfermedades fueron responsables de 17,9 millones de fallecimientos, lo que representa el 32 por ciento de las muertes en el mundo.
Dicha cifra subraya la gravedad de la crisis en materia de salud global y resalta la urgencia de abordar los factores de riesgo asociados, sostienen los expertos. En ese sentido, la Asociación Colombiana de Endocrinología, Diabetes y Metabolismo destaca la creciente preocupación por la relación que existe entre las enfermedades endocrinas y hormonales con las enfermedades cardiovasculares.
Por eso, en un contexto donde las enfermedades cardiovasculares se han convertido en la principal causa de defunción a nivel global, resulta crucial entender cómo las afecciones metabólicas y hormonales contribuyen a este panorama alarmante.
Entre las enfermedades endocrinas que están estrechamente relacionadas con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares se encuentran la obesidad, la diabetes, las alteraciones en el colesterol y triglicéridos, la disfunción tiroidea y el síndrome de cushing entre otras afecciones.
La obesidad y la diabetes, por ejemplo, contribuyen significativamente al desarrollo de la hipertensión y la dislipidemia, condiciones que a su vez aumentan el riesgo de enfermedades cardíacas. El síndrome de cushing, por su parte, se caracteriza por niveles elevados de cortisol, lo que puede provocar hipertensión y obesidad abdominal; mientras que tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo afectan el metabolismo lipídico y la función cardiovascular.
Dichos trastornos endocrinos pueden interactuar de manera compleja y agravar los factores de riesgo cardiovascular y subrayando la importancia de una gestión integral para prevenir complicaciones graves. “El impacto de la obesidad y el sobrepeso en las enfermedades cardiovasculares es preocupante. Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo, y las enfermedades crónicas no transmisibles, como la dislipidemia, la hipertensión, la diabetes y el hígado graso, son en un 80 por ciento prevenibles y en un 75 por ciento de los casos están relacionadas con el exceso de peso”, señala la doctora Katherine Restrepo, presidente de la Asociación Colombiana de Endocrinología, Diabetes y Metabolismo.
Por su parte, la obesidad, señala la especialista, “es un detonante de estas enfermedades crónicas no transmisibles. Por eso, es vital diagnosticar y tratar adecuadamente la obesidad para prevenir o controlar la diabetes, el hígado graso y otras condiciones asociadas,” .
¿Cómo revertir la situación?
Para lograr un óptimo funcionamiento del corazón, es esencial mantener un equilibrio saludable en todos los aspectos de la salud, especialmente en la regulación endocrina.
“El corazón no solo es un órgano vital para bombear sangre a través del cuerpo, sino que también actúa como un órgano endocrino toda vez que libera hormonas como el péptido natriurético auricular, que juega un papel crucial en la regulación del equilibrio de los líquidos y la presión arterial”, agrega la doctora.
Por eso, para mantener un corazón saludable, se hace fundamental adoptar un estilo de vida que incluya una dieta balanceada, actividad física regular, así como un manejo efectivo de las emociones y de la salud mental.
Lo anterior tiene como objetivo prevenir de manera más eficaz las enfermedades metabólicas y las hormonales. El llamado de los expertos es que la integración de la salud endocrina con el cuidado cardiovascular ayuda a prevenir trastornos que pueden afectar el rendimiento del corazón y contribuye a su funcionamiento óptimo, subrayando la importancia de un enfoque integral para la salud cardiovascular.