En febrero de este año, la administración de productos terapéuticos de Australia decidió que el éxtasis y los hongos alucinógenos podrán utilizarse en los tratamientos contra la depresión severa y el estrés postraumático.
La entidad aseguró en su momento que la decisión se tomó luego de encontrarse “suficiente evidencia sobre potenciales beneficios (del uso de hongos y éxtasis) en ciertos pacientes”. Y aclaró que solo psiquiatras designados podrán prescribir ambas sustancias de forma limitada y controlada.
La medida, que aún genera escepticismo en miles de personas, entrará en vigor desde este 1.° de julio en el país.
La Organización Mundial de la Salud, OMS, estima que 300 millones de personas sufren depresión. De ellos, más del 30 % no responde a los tratamientos convencionales.
Pero, ¿en qué consiste la llamada terapia psicodélica?
Por el lado de los hongos, la clave está en la psilocibina. Esta molécula la poseen cerca de 200 especies de hongos y es la responsable del efecto psicoactivo y alucinógeno de estos funghis. Este componente es el centro de estudio de más de 20.000 investigaciones científicas e informes derivados que aún tratan de resolver todas las incógnitas alrededor de las setas.
No es un asunto menor: los hongos representan el segundo reino más diverso después de los animales, con un número estimado de 2,2 a 3,8 millones de especies en todo el mundo.
Lo que arrojan estas investigaciones es que estos organismos son beneficiosos para tratar la depresión, la ansiedad y el estrés postraumático. Según el Instituto John Hopkins, producen “grandes y duraderas reducciones de los síntomas depresivos”. Otros análisis también hablan de pasos hacia adelante en trastornos alimentarios y hasta tendencias suicidas.
Los hallazgos de los científicos han abierto la puerta al uso de los hongos con fines medicinales. Canadá reconoció sus beneficios y también permitió su uso terapéutico. También Jamaica, Holanda, Suiza y varios estados estadounidenses, entre otros.
Colombia, sin embargo, en una lucha incansable contra las sustancias psicoactivas, mantiene a estos organismos en la lista de drogas prohibidas.
Julián Andrés Quintero, sociólogo y director de Acción Técnica Social, una organización enfocada en las reformas de las políticas de sustancias psicoactivas, lamenta vivir en un país “que solo ha conocido la guerra contra las drogas”, tal como lo recoge un artículo de El País de España.
“El único enfoque que han tenido los gobiernos es el de la eliminación. Y no solo desde lo militar, sino desde la salud pública. En Colombia solo se plantea una perspectiva patologizante de las sustancias y eso ha quedado en nuestro ADN. Con esa mirada es difícil explorar los beneficios que las entidades de referencia han probado”, agregó.
Beneficios del éxtasis
El nombre correcto es MDMA (3,4-metilendioximetanfetamina), también se conoce como éxtasis, X, pasti, pila, eme, etc. Es una droga psicoestimulante, que produce experiencias de empatía y apertura emocional.
Sus efectos principales se presentan con una potente sensación de bienestar, un aumento de la extroversión, calidez emocional y empatía hacia otros. También se intensifica la percepción sensorial y la disposición a conversar sobre recuerdos con gran carga emocional. Esta última característica ha llevado a que se tome un especial interés en el potencial terapéutico que tiene esta particular droga.
La revista Nature Medicine publicó los resultados de un estudio de laboratorio sobre el MDMA, la droga de clubes nocturnos conocida popularmente como éxtasis y Molly. En el estudio clínico, el primero en Fase 3 con terapia asistida por drogas psicodélicas, reveló que el MDMA ligado a una terapia produce un alivio notable en los pacientes con trastorno por estrés postraumático grave (TEPT).
Los resultados fueron divulgados semanas después de un estudio publicado en New England Journal of Medicine que enfatizaba los beneficios de la psilocibina, el ingrediente psicoactivo de los hongos alucinógenos, en el tratamiento de la depresión, y han emocionado a científicos, psicoterapeutas y empresarios de la medicina psicodélica, un campo que se ha expandido con rapidez.
Muchos esperan que sea solo cuestión de tiempo para que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por su sigla en inglés) apruebe el uso terapéutico de los compuestos psicoactivos: en 2023, el MDMA ya podría recibir la aprobación, y la psilocibina uno o dos años más tarde.
Por ello, no son pocos los que creen que una verdadera revolución psicodélica ha llegado a la psiquiatría.