La enfermedad cardiovascular, ECV, es la principal causa de muerte en el mundo y esta se refiere a las enfermedades del corazón “Cardio” y a las enfermedades del sistema de vasos sanguíneos “Vascular” (arterias, capilares, venas) de todo el organismo, tales como el cerebro, las piernas y los pulmones.
Se estima que las condiciones que afectan al corazón o a los vasos sanguíneos, como, por ejemplo, un ataque cardíaco, accidente cerebrovascular e insuficiencia cardíaca matan a 20,5 millones de personas cada año.
Según el Ministerio de Salud y Protección Social, “en Colombia, desde finales de los años sesenta las enfermedades cardiovasculares empezaron a ser reconocidas como causa de morbilidad y mortalidad. A comienzos de la década de los ochenta adquieren relevancia epidemiológica y a partir de ese momento y durante los siguientes 30 años han ocupado los cinco primeros puestos en la lista de las diez principales causas de mortalidad para el país”.
Es importante tener en cuenta que los síntomas de la enfermedad cardiovascular pueden ser diferentes entre hombres y mujeres, de acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud, OPS; estos pueden incluir dolor de pecho (angina de pecho), falta de aire, dolor, entumecimiento, debilidad o frío en las piernas o los brazos si se estrechan los vasos sanguíneos de las partes en el cuerpo, dolor en el cuello, la mandíbula, la garganta, abdomen superior o en la espalda.
Asimismo, es de considerar que “algunos de los factores de riesgo para desarrollar enfermedades del corazón pueden incluir, edad, sexo, antecedentes familiares, tabaquismo, mala alimentación, falta de actividad física, consumo de alcohol, hipertensión, diabetes y obesidad”.
La fibrilación auricular aumenta 3,4 veces el riesgo de insuficiencia cardíaca
La fibrilación auricular se caracteriza porque el ritmo cardíaco es irregular y anormal. Esta condición normalmente causa latidos cardíacos muy rápidos. De igual manera, es una enfermedad que puede producir coágulos de sangre que pueden viajar desde el corazón hasta el cerebro y provocar un infarto cerebral.
El doctor Juan Mauricio Cárdenas Castellanos, médico especialista en medicina interna y cardiología, indica que “la presencia de fibrilación auricular condiciona un mayor riesgo de eventos cerebrovasculares isquémicos, o también conocidos, como, infartos cerebrales, los cuales suelen ocasionar mayor discapacidad y aumentar el riesgo de muerte. También puede favorecer el desarrollo de insuficiencia cardíaca, deterioro cognoscitivo o demencia vascular, entre otros”.
Es de reconocer que esta patología afecta significativamente la calidad de vida de los pacientes y el riesgo de desarrollar fibrilación auricular y de la presencia de sus complicaciones se incrementa en las personas que tienen hipertensión arterial, diabetes mellitus, enfermedad renal crónica, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, entre otros.
Advierte el doctor Cárdenas que el diagnóstico y tratamiento oportuno de la fibrilación auricular disminuye la posibilidad de complicaciones, como los eventos cerebrovasculares isquémicos, razón por la cual, el especialista señala que “un diagnóstico temprano consiste en realizar una evaluación del ritmo cardíaco, es decir, del pulso, durante al menos 30 segundos en toda evaluación médica, y en personas mayores de 60 años o con factores de riesgo se debe acompañar de un electrocardiograma de 12 derivaciones”.
Es de considerar que la fibrilación auricular no siempre provoca síntomas. De hecho, a veces se diagnostica por casualidad en una revisión rutinaria. No obstante, los signos más comunes son palpitaciones que marcan un latido rápido e irregular del corazón, y cansancio muy marcado al realizar actividades cotidianas. Tenga presente las siguientes recomendaciones cuando se produce una crisis de fibrilación auricular:
- Mantener la calma: aunque la crisis ocasione malestar y ansiedad, es importante mantener la serenidad. El nerviosismo empeorará aún más las molestias.
- No modificar la pauta en el manejo de la enfermedad: si no es el primer episodio de fibrilación auricular que se tiene y ya se tiene una terapia para tratar la enfermedad, es importante no cambiarla, ya que puede provocar graves efectos secundarios.
- Acudir a urgencias: la mayoría de las crisis tienen un corto plazo, por lo que es probable que, sin hacer nada, mejore espontáneamente. En caso contrario, hay que acudir a un servicio de urgencias, esto es especialmente importante cuando se dan otros síntomas que pueden sugerir una afectación importante, como: mareo, desmayos o pérdida de conocimiento, dificultad para respirar, dolor en el pecho o prolongación del episodio más tiempo del habitual (si no es la primera crisis).