La Universidad de Antioquia informó este 15 de agosto que el reconocido doctor Francisco Lopera se retira de la academia tras varias décadas dedicadas al estudio de enfermedades neurodegenerativas. Lopera es considerado como el investigador estrella del Alzhéimer en el país.
El profesor lideró por 40 años el Grupo de Neurociencias de Antioquia y ahora estará concentrado en atender su salud, luego de ser diagnosticado con un melanoma y haberse sometido a varios procedimientos médicos.
“Con su trabajo incansable, rigor científico y compromiso social, el doctor Lopera ha sido una inspiración en el camino de la investigación, tanto en Antioquia como en el país, en el ámbito de neurociencias básicas y clínicas”, destacó el Alma Máter.
Él puso la lupa sobre múltiples enfermedades, como el Alzhéimer, Cadasil, Párkinson, Huntington, demencia frontotemporal y otras formas de demencia, también trató trastornos del lenguaje, de conducta y otros problemas neurológicos.
Recientemente, Lopera fue galardonado en Estados Unidos con el ‘Potamkin Prize for Research in Pick’s, Alzheimer’s, and Related Diseases’, otorgado por la Academia Americana de Neurología y la Fundación Americana del Cerebro. Para los conocedores, es el equivalente a un Nobel en la investigación del alzhéimer.
Ahora bien, la coordinación del Grupo de Neurociencias fue asumida por el profesor David Aguillón, quien se desempeñaba como director médico.
La ‘mutación paisa’
Uno de los grandes hallazgos del doctor Lopera se dio en los municipios antioqueños de Belmira, Yarumal, Angostura e Ituango, los cuales evidencian una extraña coincidencia. Allí viven ciertas familias con un tipo de alzhéimer hereditario que comienza a edades tempranas.
El caso más enigmático de esta historia es el de un joven de 36 años. Se trata de un fenómeno, conocido ‘mutación paisa’ del alzhéimer. A comienzos de los años ochenta, mientras hacía su residencia de neurología en el Hospital San Vicente de Paul, el joven Francisco Lopera evaluó a dicho paciente. Y aquella sería la puerta de entrada al mundo de esta enfermedad degenerativa, que normalmente se presenta en adultos mayores, después de los 65 años.
El médico Lopera notó, en ese momento, que en la familia del enfermo había varias personas con la enfermedad. “Entonces, advertí que se trataba no solo de un caso de alzhéimer precoz, sino hereditario; por eso me desplacé hasta Belmira (Antioquia) para indagar en las personas de esa familia y reconstruir todos los casos. Ese fue el comienzo de todo”, contó Lopera, en diálogo con SEMANA.
Desde entonces, completa cuatro décadas estudiando el cerebro y sus misterios. Los hallazgos de Lopera han sido tan relevantes que han sido recogidos por revistas tan prestigiosas como Nature Medicine, que publicó el segundo caso de una persona resistente al alzhéimer. Esa persona era colombiana y Lopera conoció de cerca su caso: una extraña mutación genética que protegió a este paciente, condenado a sufrir una demencia hereditaria. Un hallazgo que sugirió un camino para buscar un tratamiento contra la enfermedad.
“Con este paciente leímos un experimento que hizo la propia naturaleza en él, que lo dotó con dos genes, uno que causa alzhéimer y otro que lo cura. Uno de causalidad y otro de protección de la enfermedad. Nosotros lo descubrimos porque él era miembro de una de las familias con alzhéimer genético en Antioquia. Él vino a la Universidad de Antioquia a participar de uno de nuestros proyectos, el API Colombia, para probar un medicamento para el alzhéimer, pero no cumplió los criterios para participar de ese estudio. Sin embargo, descubrimos que a la edad de 67 años, cuando lo conocimos, era portador de la llamada mutación paisa, pero no tenía demencia y tenía deterioro cognitivo leve. Solo empezó a tener deterioro cognitivo leve a los 70 años, le dio demencia a los 72 y murió a los 74″, relató el médico en SEMANA.