Álvaro Urruea, presidente ejecutivo de la Asociación Frigoríficos de Colombia, Asofricol, no se va con rodeos y califica de “retroceso histórico” la propuesta del Gobierno de Gustavo Petro de reabrir los mataderos municipales.
“Es mucho lo que se ha ganado en términos de producción y para la salud humana con el actual modelo del sistema sanitario, desde que se expidió el Decreto 1500 de año 2007. Creemos que el Gobierno está desinformado en la parte técnica para que se tome una decisión de estas, que no está bien enfocada”, asegura el líder gremial.
Urrea cuestiona la tesis del Gobierno según la cual el propósito de reabrir estos mataderos municipales, “bajo unas condiciones sanitarias diferentes a las establecidas por el Decreto 1500 de 2007, es por disminuir el precio de la carne. A la exministra de Agricultura, Cecilia López Montaño, le demostramos que no es cierto porque el volumen de animales que se benefician en esas plantas es mínimo. No supera el 2 o 3 por ciento el beneficio nacional. También se dice que abaratará los precios porque se ahorran el transporte de la carne, pero es que ítem no supera el 3 por ciento del valor total. Es decir, no va a impactar en nada el precio nacional de la carne. ”.
SEMANA: ¿Qué es lo que se pone en riesgo al reabrir los mataderos?
Álvaro Urruea (A.U.): No hay un fundamento sólido para que se tome una medida tan compleja. Aquí están en juego muchas cosas. Cuando se toma una decisión de estas, que es de nivel nacional, tienes que garantizar la salubridad y en eso los frigoríficos han hecho grandes inversiones. La inocuidad del producto, que afecta la salud pública de los colombianos; el tema ambiental, porque la mayoría de esos mataderos no cumplen con las normas ambientales. Miremos 15 años atrás cómo era que manejaban los mataderos y por eso fue que los cerraron. Ellos mataban la res y echaban las vísceras y pieles por la parte de atrás de una casita vieja y caía al río. No tenían redes de frío para la conservación de la carne.
SEMANA: ¿Cuáles son las condiciones idóneas que debe tener un sitio que se dedique a la industria de la carne?
(A.U.): Primero que todo, tienen que cumplir con un uso de suelo, estar en sitios no inundables, fuera del casco urbano, dependiendo de lo que el POT de cada municipio indique. Las plantas tienen que ser herméticas, que ni un mosco les entre. En los mataderos municipales los techos están rotos, tienen huecos por todas partes. Porque los mataderos antiguos se hacían era con ladrillo y los sistemas de ventilación no son como los que se exigen ahora, que son sistemas de ventilación forzada o climatización y refrigeración, sino que en el momento de la construcción dejaban huecos entre los ladrillos para que entrara al aire.
SEMANA: ¿Cómo deben construirse entonces estos espacios?
(A.U.): En materia constructiva, todos los materiales que se usen deben ser sanitarios en los pisos, mesones y paredes. Las plataformas deben ser de acero inoxidable o galvanizado. Los sacrificios tienen que ser aéreos. Y los mataderos no cuentan con esas condiciones, muchos hacen los sacrificios sobre el piso. No cumplen tampoco con la parte hidrosanitaria y las tuberías de esos lugares con los años se han tapado y roto y se han llenado de residuos de animales.
SEMANA: Colombia no está preparada en el corto plazo para reabrir esos mataderos...
(A.U.): Es que estamos hablando de lugares que fueron construidos, en su mayoría, hace más de 50 años cuando no existía la normativa que existe hoy en día. Es imposible que cumplan con las condiciones. Y ni siquiera es culpa del mismo matadero o del alcalde de turno que lo mandó a construir. Y entrar a modificar eso es muy difícil. Piense por ejemplo en la red sanitaria. Si quisieran hoy que fuera óptima, la misma norma dice que no pueden pasar de un área sucia a un área limpia. Lo digo por experiencia: van a encontrar que esas tuberías están revueltas. Les tocaría romper todo el matadero. Desde la parte técnica y de ingeniería es imposible que cumplan. lo mismo con normas de sismo resistencia. ¿Qué matadero antiguo va a cumplir con unas especificaciones de esas? Ninguno. Les tocaría rehacer los mataderos. Es mucho más barato hacer un matadero nuevo que reabrir los que ya existen.
SEMANA: Por eso el propio Invima los cerró...
(A.U.): Es que todo esto que estoy explicando no es que lo diga Asofricol. Fue el propio Invima que por eso cerró los mataderos hace años. Y si los cerró no era porque funcionaran bien. Era porque no cumplían no siquiera con las condiciones mínimas. Les dieron tiempos de prórroga. A los alcaldes les daban seis meses, un año a veces, para que corrigieran las paredes, las rielerías, los mesones, el muelle de despacho, los cuartos fríos de refrigeración y no lo hacían. ¿Entonces, cómo van a garantizar ahora que sí cumplan con todas las condiciones?
SEMANA: ¿Usted cree que el Gobierno está mal asesorado en este tema en materia técnica?
(A.U.): Es que no hay otra explicación. Tienen que hacer un estudio. El otro tema aquí es que el Estado no tiene dentro de sus funciones administrar mataderos. Esa tarea no se la pueden poner a los alcaldes municipales. La tarea misional del Estado es muy diferente. Por otro lado, ningún privado va a coger tampoco un matadero de estos porque se mata muy poquito. Solo cinco o diez animales a la semana. Porque el negocio antes lo manejaban los matarifes, unos señores de botas negras y camiseta rota que llegaban ellos mismos, sin la mínima protección, a pelar la res en una sola mesa. Hoy en día el Invima exige que cada operación de la faena, debe hacerla un operario especializado para garantizar la inocuidad del producto y evitar contaminar. En la actualidad, en un frigorífico normal se usan hasta 16 operarios en un solo proceso y se tiene hasta un jefe ambiental.
SEMANA: De todos modos, en las regiones apartadas, ¿no cree que se hace necesaria la figura de los mataderos para que la gente pueda acceder al consumo de carne?
(A.U.): En el año 2010 se hizo un estudio por parte de una firma española que revisó las necesidades de las plantas de autoconsumo de carne a nivel nacional. Se revisó la situación de regiones como Chocó, Putumayo, Amazonas, Vichada y Guainía. Y se determinó que había 70 mataderos que realmente se necesitaban y tocaba hacerlos nuevos, porque realmente la gente no estaba teniendo acceso a la carne en condiciones óptimas y la gente mataba animales en el patio de la casa.
SEMANA: ¿A qué riesgos en temas de salud nos estamos exponiendo con la reapertura de los mataderos?
(A.U.): El riesgo es grande. Lo que se está comprometiendo es la salud pública. Porque será difícil controlar esas plantas. El Invima, que es la entidad encargada, no podrá llegar porque ni siquiera tienen capacidad para vigilar en su totalidad las que existen y no tienen presupuesto para viajar. Y los mataderos no tienen cómo pagar las inspecciones del Invima. Existe una enfermedad que se llama la faciola hepática (llamada mariposa); es un parásito que les sale en el hígado a los animales. En las plantas controladas, donde hay un inspector del Invima, este revisa el hígado del animal y constata que no exista el parásito y así garantizar que no vaya al consumo humano. ¿Podrán los mataderos garantizar eso, por ejemplo? Es claro que no.