Hay una fuerte polémica en Estados Unidos por cuenta del programa de una clase que les dictan a los estudiantes de la Escuela de Medicina de la prestigiosa Universidad de Harvard. El curso está enfocado en ser capaces de brindar una atención adecuada a niños pequeños que pertenecen a la comunidad LGBTIQ+.

El nombre puntual de la clase es “Atención de pacientes con diversas orientaciones sexuales, identidades de género y desarrollo sexual” y es una electiva, por lo cual no está dentro del pénsum obligatorio de ningún estudiante de medicina.

Según se advierte en la descripción del programa, este se lleva a cabo en el Hospital General de Massachusetts y es de tiempo completo. Además, es dictado por los profesores de la Escuela de Medicina Alberto Puig y Alex Keuroghlian.

“Esta electiva es una experiencia clínica y académica multidisciplinaria de cuatro semanas que capacita a los estudiantes para brindar atención culturalmente sensible y de alta calidad a pacientes con diversas orientaciones sexuales, identidades de género y desarrollo sexual”, se puede leer en la descripción del curso.

Pero uno de los apartes que ha causado polémica tiene que ver con la mención de la palabra infant. Aunque en español podría usarse la traducción ‘niño’, lo cierto es que en inglés infant sí se usa para identificar a los niños, pero aquellos que están en la primera etapa de la vida. Por ello, la traducción más acertada para infant sería bebé.

Y la pieza del curso que está causando controversia dice lo siguiente: “La exposición clínica y la educación se centrarán en servir a las personas de minorías sexuales y de género a lo largo de la vida, desde bebés hasta adultos mayores”.

A su vez, les ofrecen a los estudiantes de medicina la posibilidad de adquirir experiencia clínica en instituciones sanitarias como el Boston Children’s Hospital (que se centra en la atención pediátrica), el Hospital General de Massachusetts, Cambridge Health Alliance, Fenway Health Center y el Boston Health Care for the Homeless.

La descripción del curso también advierte que existe la posibilidad de trabajar con otras organizaciones de atención médica en el área de Great Boston que trabajan con las comunidades LGBTQIA+.

La noticia que levantó un fuerte debate la dio en primer lugar el medio conservador The College Fix que se centra en cubrir todo lo que tiene que ver con las universidades de Estados Unidos.

No hay claridad de cómo los pediatras podrían identificar la identidad de género y la orientación sexual de niños pequeños. | Foto: Getty Images

Ese medio se comunicó con la Escuela de Medicina de Harvard y consultó cómo era que les enseñaban a los estudiantes a tratar a los pacientes que presentaban disforia de género, el tipo de asesoramiento que les darían y cuáles serían los criterios de los médicos para identificar si se trata de un bebé que pertenece a las comunidades LGBTIQ+.

No obstante, The College Fix señaló que la Escuela de Medicina no contestó, pese a que las preguntas se hicieron en el transcurso de las dos semanas pasadas.

La noticia ha generado una fuerte polémica en la opinión pública estadounidense, pues no son claros los criterios que tienen los médicos para determinar la orientación sexual y la identidad de género que tienen los niños a edades tempranas.

En distintos países los sistemas de salud han cambiado para brindar una mejor atención a las comunidades LGBTIQ+. | Foto: .

“A los estudiantes de la escuela de medicina se les debe enseñar que los diagnósticos de disforia de género en menores se han disparado en los últimos años, y no sabemos por qué”, le dijo a The Fix College el profesor de la Universidad Estatal de Colorado, Moti Gorin. “Este rápido aumento en los diagnósticos, en los que la gran mayoría de los pacientes son niñas (mujeres natales), combinado con la falta de datos a largo plazo sobre los resultados del tratamiento, requiere más investigación, con respecto tanto a la causa subyacente como a las soluciones basadas en la evidencia”, agregó el experto.

Reino Unido se opone a ley de cambio de género aprobada en Escocia

Los gobiernos del Reino Unido y Escocia se enfrentaron hace un par de semanas por una nueva ley de género recientemente aprobada. El gobierno de Rishi Sunak ha amenazado con bloquear la ley escocesa de reconocimiento de género.

El proyecto de ley de reforma del reconocimiento de género fue aprobado en Escocia por 86 votos, contra 39, después de tres días de intensos debates.

Rishi Sunak se convirtió en el nuevo primer ministro de Reino Unido el año pasado. | Foto: Con derechos gestionados de AFP

De acuerdo con el Gobierno escocés se trató de “un día histórico para la igualdad”. El objetivo principal de la norma es que sea más fácil y menos intrusivo para las personas, cambiar legalmente su género y obtener un certificado de reconocimiento de género, llamado GRC, por sus siglas en inglés.

El Ejecutivo británico alega que la norma puede crear disparidades en el Reino Unido, una nación compuesta por Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte.

Existen ya unos requisitos que el Reino Unido exige a las personas que buscan un cambio de género. La nueva ley estaría contradiciendo algunos de esos requisitos, creando un vacío entre lo que exige Escocia y lo que exige el Reino Unido.

De acuerdo con la BBC, estos son los requisitos actuales que exige el Reino Unido:

  • El solicitante debe ser mayor de 18 años.
  • Quien solicita el procedimiento debe contar con un informe médico que confirma un diagnóstico de disforia de género, que el Sistema Nacional de Salud describe como “Una sensación de malestar que una persona puede tener, debido a una falta de coincidencia entre su sexo biológico y su identidad de género”.
  • Además, el paciente debe proveer un segundo informe médico, que detalle cualquier tratamiento, como terapia hormonal y/o cualquier cirugía que haya llevado a cabo, relacionada con el diagnóstico.
  • La persona debe contar con la evidencia de haber vivido en un género adquirido durante un período de dos años.
  • El solicitante debe firmar un juramento de intención de vivir en el género adquirido, es decir, en el nuevo género que adoptará, hasta su muerte.

“Compartimos las preocupaciones de numerosas personas respecto a algunos aspectos del texto, y en particular el de la seguridad para las mujeres y los niños”, dijo Alister Jack, secretario de Estado del Reino Unido para Escocia.