Para aquellos que han experimentado pérdida de cabello debido a tratamientos médicos como la quimioterapia, los implantes capilares pueden convertirse en un rayo de esperanza. Si la pérdida de cabello es permanente debido a la radioterapia o a condiciones médicas preexistentes, el implante puede no solo restaurar el cabello, sino también la confianza y la sensación de triunfo tras una larga lucha médica.
Es que, los implantes capilares no solo transforman la apariencia física. También tienen un profundo impacto en la psicología y la calidad de vida de las personas que han lidiado con la pérdida de cabello. Pero, gracias a avances médicos y técnicas avanzadas, es posible recuperar no solo el cabello, sino también la autoestima y la confianza que pueden haberse perdido en el camino.
Sin embargo, si bien los implantes capilares se han convertido en una gran alternativa, es importante conocer qué tipos de pacientes son aptos, cómo se da el crecimiento del cabello y qué debe tener en cuenta un paciente que ha pasado por un cáncer y desea someterse a este tratamiento. SEMANA lo explica con la ayuda de Andrés Martínez, CEO de Mediarte.
¿Todos los pacientes después de un cáncer son aptos?
No, no todos los pacientes después de un proceso de cáncer son aptos para procedimiento de implante capilar. Y en este punto hay dos aspectos importantes a considerar.
Por un lado, “la indicación del implante, pues se trata del único tratamiento que existe para volver a tener cabello en zonas donde dejó de salir, ya que el folículo piloso se deterioró y se cerró completamente por lo que no hay un órgano que produzca cabello. La solución es sembrar uno nuevo”, asegura el especialista.
Usualmente, muchos pacientes con cáncer a quienes les realizan quimioterapia presentan alopecia transitoria y al cabo de un par de meses posteriores al último ciclo de quimioterapia, les vuelve a crecer el cabello. “En conclusión, si la causa de la alopecia es el tratamiento de quimioterapia, no se realiza el implante capilar. Se realiza en aquellos que ya presentaban algún grado de alopecia por otra causa como la alopecia androgénica y que persistió o avanzo durante el cáncer o posterior a este y al tratamiento de quimioterapia”, agrega el doctor Martínez.
Aquí también cabe considerar el tiempo de evolución, el tipo de cáncer y el tratamiento. “Cuando una persona quiere realizarse implante capilar por alopecia androgénica y presenta antecedentes de cáncer y tratamiento con quimioterapia, es importante evaluar el tipo de cáncer que presentó y qué tan avanzado fue este”, considera el CEO de Mediarte.
Lo anterior, debido a que, si el paciente aún presenta un cáncer activo y se encuentra en tratamientos, “los folículos estarán débiles y no tendrán la fuerza suficiente para adaptarse y producir nuevo cabello en la zona implantada. También estos pacientes pueden estar todavía débiles inmunológicamente, por lo que sus procesos de cicatrización son más lentos y pueden presentarse infecciones. Se debe esperar al menos un año de remisión del cáncer y de haber terminado los tratamientos para realizar el procedimiento”.
Es importante también el tipo de cáncer: hay algunos como las leucemias o los linfomas que afectan el sistema inmunológico y alteran los procesos cicatrízales del paciente.
¿El cabello vuelve a crecer normal después de quimios y radioterapias?
De acuerdo con el doctor Martínez, en el caso de la quimioterapia, un 99 por ciento de los pacientes con cáncer a quienes se les realiza quimioterapia les vuelve a crecer el cabello.
“Los medicamentos de la quimioterapia son tan fuertes que atacan las células cancerosas (que son células de crecimiento rápido), pero desafortunadamente también atacan otras células del cuerpo de crecimiento rápido, como las células que hacen parte de la raíz del cabello (el folículo sigue sano), por lo cual se produce caída del cabello de todo el cuerpo, no solo del cuero cabelludo”.
Además, existen diferentes tipos de quimioterapia, algunas tienen más tendencia a producir caída del cabello que otras. Todo depende de las dosis usadas; algunas veces solo se presenta una caída suave, en otros casos caída total.
El cabello empieza a caerse a las pocas semanas de inicio del tratamiento y vuelve a crecer después de varias semanas de finalizar la quimioterapia. Al inicio puede tener textura, color o estructura diferentes (más rizado o lacio) y con el tiempo se va normalizando.
En el caso de las radioterapias, únicamente los pacientes a los que les realizan radioterapia en cuero cabelludo pierden cabello. “En estos casos, sí puede ser una alopecia permanente cuando el tratamiento es intensivo o prolongado en el cuero cabelludo pues se produce una cicatriz en la piel que afecta directamente al folículo”, dice el especialista.
También algunos pacientes que reciben quimios o radioterapias que afectan el sistema digestivo pueden presentar alopecias transitorias debido a deficiencias nutricionales. Por ejemplo, cuando realizan radioterapia en el cuello para cáncer de tiroides se produce una inflamación del esófago, por lo que el paciente no puede deglutir alimentos sólidos. En cuanto se mejoran las perdidas nutricionales, el cabello se recupera.
¿Qué debe tener en cuenta un paciente que desea someterse a implantes capilares?
- Tiempo de remisión del cáncer: Es importante que el paciente se haya recuperado por completo del cáncer y haya terminado todos sus tratamientos. Esto para asegurar que los folículos tienen la fuerza suficiente para adaptarse y su sistema inmunológico se encuentra estable para un buen proceso de cicatrización.
- Tiempo prudencial: que haya pasado el tiempo suficiente posterior a terminar los tratamientos para que el cabello que se cayo por la quimioterapia se haya recuperado. Recordemos que normalmente vuelve a salir y solo van a requerir implante en zonas donde se perdió cabello por otras causas o patologías previas como la alopecia androgénica.
- El tipo de cáncer y evolución: es importante asistir a una cita de valoración donde el especialista en implante capilar pueda conocer el tipo de cáncer y secuelas que presento el paciente para así determinar la viabilidad del implante capilar y el resultado.