La vacunación contra el virus, que logró poner en cuarentena al mundo, fue como agua para el sediento. Los países se unieron, gestionaron y buscaron la manera de tener a tiempo los biológicos. Al comienzo, la asistencia a los puntos de inmunización fue masiva, pero con los días también se conocieron voces que, contrario a lo esperado, se declararon antivacunas.
Algunos grupos con protestas masivas, otros sencillamente oponiéndose a recibir el biológico. Por ejemplo, algunas comunidades indígenas en distintos países de América Latina prefirieron hacerse a un lado en los planes de inmunización. El tema fue objeto de preocupación y campañas focalizadas, pero también fue objeto de estudio.
Por ejemplo, en Bolivia, con el apoyo del Gobierno de Canadá, se realizó una investigación de campo con comunidades indígenas para conocer las percepciones de los pobladores respecto a la vacuna.
“El trabajo se efectuó entre junio y noviembre de 2022 y los datos fueron obtenidos a través de entrevistas y grupos focales. Los hallazgos de la investigación apuntan a que es clave informar a la población sobre las vacunas de manera precisa y, en lo posible, en su propio idioma”, explicó la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
En medio de las conversaciones con la comunidad, el equipo encontró la historia de Cesario Segundo, el sabio de Ivamirapinta, una comunidad indígena ubicada en el sudeste de Bolivia.
Relataron que el arakuaiiya (hombre sabio en guaraní) se dedica a la siembra de maíz y zapallo que vende en Camiri, la ciudad más cercana a la comunidad de Ivamirapinta. También, que durante toda su vida los productos le han servido a Cesario para su manutención y la de su familia.
“Aquí hay trabajo de cualquier cosa”, les dijo. Cabe señalar que Ivamirapinta es una de las pocas localidades del Chaco aptas para el cultivo en algunos períodos del año. “La gran mayoría de las comunidades que se encuentran en esta zona boliviana está acosada por la sequía recurrente y son de muy difícil acceso”, indicó a la OPS.
Segundo contó que no tuvo miedo de contraer el virus y, pese a ser uno de los promotores de la medicina tradicional en la localidad, abogó por la llegada de la vacuna y destacó su eficacia para combatir la enfermedad.
Especificó que para él, como sabio de la comunidad, fue clave recibir información precisa durante el proceso de inmunización y conocer los beneficios que suponía para la salud de la población. “Cuando la vacuna llegó, yo le dije al doctor que, antes de vacunarme, me explique. Es que la gente, sobre todo el adulto mayor, tenía miedo a la inyección”.
También hay otras versiones, como la del director del Hospital de Gutiérrez, Freddy Segundo, quien relató que, aunque ahora han visto resultados alentadores como el 61% de la población de la localidad con la primera dosis, al comienzo o la situación fue más difícil.
“Nos decían: ‘Usted viene de un hospital, me está trayendo la enfermedad, por lo tanto, no me ingresa aquí’. Lo hacían pese a que íbamos con los equipos de bioseguridad que nos proporcionó la OPS-OMS”, contó.
Grosso modo, desde lo informado por la OPS, fue clave capacitar al personal de salud para posibilitar el flujo regular de la información epidemiológica. Además de las campañas de información para concientizar a la población y desmitificar los miedos y las noticias falsas que circulaban.
Finalmente, indicaron que en estas comunidades de Bolivia y también desde la dirección insisten en que se implementen campañas informativas, que en algunas zonas incluye al personal médico buscando pacientes en sus casas y realizando ferias de salud.
Fue aprobada la vacuna de Moderna para menores entre seis meses y cinco años
La Sala de Medicamentos del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) aprobó la Autorización Sanitaria de Uso de Emergencia (Asue) de la vacuna monovalente para la inmunización contra la covid-19 en niños de seis meses a cinco años.
“Este anuncio es un importante avance para continuar haciendo frente a la pandemia y lograr inmunidad en todos los grupos poblacionales que más lo necesitan, como la población pediátrica. Con esta vacuna, en caso de ser contagiados, los niños estarán más seguros, ya que la vacunación reduce significativamente la probabilidad de desarrollar enfermedades graves, complicaciones de salud y hospitalizaciones asociadas al virus”, aseguró Diego Rodríguez, gerente médico de Tecnofarma Colombia.
Agregó: “La población pediátrica es un objetivo de vacunación importante porque es la población más expuesta y porque necesitamos lograr inmunidad de rebaño, la cual solo será posible si los niños están incluidos en las jornadas de vacunación”.