La Asociación Latinoamericana de Industrias Farmacéuticas (Alifar) se centra en impulsar y reunir los representantes de la industria de cada país miembro. Uno de los puntos que más preocupa a la industria farmacéutica de Colombia, es el hecho de que en el país sigue sin funcionar la plataforma donde se registran la disponibilidad de medicamentos casi que en tiempo real, lo cual generaría trabas frente a una eventual nueva emergencia.
Para las farmacéuticas, la flexibilidad del marco jurídico se hace necesaria para fomentar el desarrollo de la región y garantizar el acceso a nuevos tratamientos. Esto, una vez realizada la integración de La Asociación Colombiana de la Industria Farmacéutica (Ascif) a la industria farmacéutica latinoamericana, durante parte de la asamblea que se realizó en Mendoza, Argentina.
Durante el encuentro, se reafirmó la relevancia de impulsar la industria farmacéutica de esta región del mundo, abordando aspectos como precios, regulación, propiedad intelectual y la flexibilidad del marco jurídico. Estos puntos coinciden con los esfuerzos actuales para estar mejor preparados en investigación, desarrollo y atención frente a posibles nuevas pandemias, según los pronunciamientos recientes de la Organización Mundial para la Salud (OMS).
En este sentido, Ascif considera importante consolidar una plataforma de monitoreo permanente y actualizada en Colombia. Esta plataforma no solo debe garantizar la disponibilidad y acceso a los medicamentos, sino también permitir la identificación y reacción temprana frente a la disponibilidad y acceso en cada región del país, algo que hasta ahora no se ha logrado.
“La importancia de contar con estos espacios, es que permite como representantes de la industria en Colombia conocer de primera mano la experiencia y puntos de vista de los pares latinoamericanos para ver la posibilidad de una colaboración binacional, que beneficie tanto a usuarios como a la industria farmacéutica colombiana”, dijo Clara Rodríguez, directora ejecutiva de asociación.
Por último, consideran que la definición de políticas públicas relacionadas con la reforma de la salud, que actualmente se está discutiendo en el Congreso, será crucial para brindar orientación y una hoja de ruta al sector y a la industria farmacéutica nacional, esperando que impulse la industria farmacéutica local para ser mucho más robusta y sólida, con mayor autonomía y diversificación, para la fabricación local de materias primas, insumos y medicamentos.
Es importante resaltar que en marzo pasado alertaron de la escasez de medicamentos en Colombia. Así lo denunciaron varias organizaciones durante los últimos meses. Según la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral (Acemi), que agrupa a las principales EPS, hay registros de 1.242 principios activos que no se consiguen hoy fácilmente en el país.
Dicha escasez trajo consecuencias graves. Por ejemplo, afectó los tratamientos relacionados con los trastornos de la salud mental, un mal que viene en aumento luego de la pandemia, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pero no solo eso, el desabastecimiento golpeó a pacientes con problemas de hipertensión, diabetes, dolores crónicos y agudos. Además, a quienes necesitaban medicinas para algunos procesos quirúrgicos, como anestesias, por lo que los profesionales de la salud también se han visto impactados. Es una realidad que aún meses después se sigue denunciando.
Adicionalmente, se presentó la falta de retrovirales para atender el VIH y los tratamientos oncológicos. Esto dispara las alarmas porque hay pacientes que no cuentan con una alternativa distinta. “Tenemos pacientes con quimioterapia que les ordenan que vayan al oncólogo y les dicen que no les pueden cambiar la molécula porque los matan, entonces, el paciente se queda sin medicamento. Tenemos un paciente de 90 años con tres meses sin quimio”, advirtió en su momento Gloria Quiceno, presidenta de la Asociación de Usuarios de Sanitas.