El azúcar en la sangre, a lo que también se le conoce como glucosa, es la principal fuente de energía del cuerpo. Los expertos explican que el organismo descompone buena parte de los productos que ingiere y los convierte en glucosa, para luego liberar esta sustancia el torrente sanguíneo.
Como parte de este proceso, el páncreas produce insulina, una hormona que se encarga de permitir el paso del azúcar de la sangre a las células para que estas la conviertan en energía. Si este órgano no produce la cantidad suficiente de esta hormona o no la usa de manera adecuada, el azúcar se queda en la sangre generando complicaciones de salud.
El instituto Mayo Clinic asegura que si los niveles de glucosa en la sangre se elevan de manera significativa puede desarrollarse la diabetes, un padecimiento en el que influyen diferentes factores. Por ejemplo, la ingesta de una alimentación poco equilibrada y la falta de actividad física. En el marco de una dieta saludable debe reducirse el consumo de azúcares, tarea que no resulta fácil, pues con frecuencia se presentan antojos por comer cosas de dulce.
“No sorprende que a muchas personas se nos antojen los dulces”, dice Anne Alexander, autora del libro The Sugar Smart Diet y es clave ingerirlo pero se requiere moderar su consumo. De acuerdo con una investigación titulada “The impact of sugar consumption on behaviors”, comer azúcar se relaciona con el deseo de mitigar algunas emociones, como el estrés. Además, concluye que si se deja avanzar puede convertirse en una adicción y traer consecuencias negativas para la salud.
Uno de los trucos para evitar consumir alimentos dulces es realizar una caminata corta que permita liberar emociones y ganar energía pues. Es una forma de hacerle frente al estrés. De igual forma, es clave la ingesta regular de agua.
Otras formas de hacerle frente a las ganas de comer azúcar
Los expertos aseguran que los alimentos con alto contenido de azúcar o carbohidratos conducen a que se registre un aumento en el nivel de insulina en la sangre. Cuando las cantidades de esta sustancia vuelven a disminuir después de una o dos horas, es posible que se antoje el consumo de más azúcar.
Una de las opciones para reducir el consumo de azúcar es desayunar proteínas. Por ejemplo, para iniciar el día se puede comer huevos, yogur griego o un batido con proteína en polvo.
Un estudio publicado en la revista Nutrition Journal reveló que quienes consumían un desayuno con alto contenido de proteínas (40 %) tuvieron menos antojos alimentarios que aquellos que no desayunaron o cuyo alimento contenía solo un 15 % de proteínas.
De igual forma, es importante dormir bien. Para los especialistas, un sueño de mala calidad puede afectar el mecanismo de recompensas en el cerebro, lo que hace que la persona sienta una fuerte atracción por los alimentos azucarados o poco saludables.
Por último, aunque suena sencillo, en ocasiones no lo es y una de las formas fáciles de evitar el consumo de productos ricos en azúcar es no tenerlos en casa, según el psicólogo Evan Forman, director del Center for Weight, Eating and Lifestyle Science de la Universidad de Drexel. En caso de tenerlos, lo ideal es ponerlos en lugares poco accesibles y, en cambio, tener a la mano refrigerios más saludables, como frutas y nueces. Si no se ven los productos, el cerebro no insistirá en que se consuman y es una buena forma de evitarlos e incluirlos en la dieta.