Cada persona tiene sus propias costumbres y preferencias al momento de ir a dormir. Algunas encuentran mayor comodidad en la soledad, mientras que otras aprecian la compañía sin necesidad de un contacto constante con su pareja. Y luego están aquellos que disfrutan de acurrucarse y abrazar a su ser querido durante la noche.
Un estudio reciente proporciona aún más razones para que este último grupo siga durmiendo de la misma manera, ya que se ha comprobado científicamente que dormir acompañado es beneficioso para la salud.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Pittsburgh se embarcó en un interesante estudio sobre los patrones de sueño de mujeres, comparando a las que dormían solas con las que compartían la cama con sus parejas. Los resultados revelaron una diferencia notable en la rapidez para conciliar el sueño entre ambos grupos. Las mujeres que compartían la cama con sus parejas lograban dormirse más rápido que aquellas que pasaban la noche en solitario.
El estudio liderado por la Dra. Wendy M. Troxel se llevó a cabo durante un período de ocho años, lo que proporcionó una visión más completa y a largo plazo de los efectos del sueño compartido. Una de las conclusiones más significativas fue que las mujeres que compartían cama con su pareja experimentaron menos interrupciones en su sueño a mitad de la noche en comparación con aquellas que dormían solas.
Aunque es común escuchar quejas sobre ronquidos y movimientos que perturban el descanso, la Dra. Troxel enfatiza que los beneficios psicológicos y emocionales de la cercanía en el sueño superan los posibles inconvenientes físicos. Parece que el confort emocional que brinda la compañía de la pareja prevalece sobre los desafíos que puedan surgir en términos de calidad del sueño.
El Instituto del Sueño de España ha destacado los notables beneficios que conlleva tener un adecuado descanso en pareja. A través de investigaciones exhaustivas, se ha revelado que compartir la cama con la pareja no solo es placentero, sino que también contribuye significativamente a varios aspectos de la vida y bienestar.
- Regulación de la temperatura: en los días fríos, compartir la cama puede ayudar a mantener el calor corporal, creando un ambiente acogedor para ambos.
- Oxitocina: también conocida como la “hormona del amor”, la oxitocina se libera en el contacto cercano, lo que puede reforzar el vínculo emocional entre la pareja.
- Aumento de la tolerancia: el hábito de dormir juntos puede aumentar la tolerancia a las pequeñas diferencias y comportamientos de cada uno, fomentando la comprensión mutua.
- Mejora de la intimidad: compartir momentos tan íntimos como el sueño puede fortalecer la conexión emocional entre los miembros de la pareja.
- Sensación de seguridad: dormir junto a la persona amada puede generar una sensación de seguridad y comodidad, lo que puede tener un impacto positivo en la calidad del sueño.
Desde el Reino Unido, el doctor Karan Raj ha planteado una teoría controvertida sobre los problemas de sueño: considera que dormir en pareja es un hábito perjudicial. Según él, cada persona debería dormir sola para beneficiar tanto su salud como la de su compañero.
El argumento clave del doctor Raj es que al dormir separados, se respeta el ciclo de sueño de cada individuo, lo que tiene un impacto positivo en la salud. Un ejemplo mencionado es el ronquido; compartir la cama con alguien que ronca puede evitar que ambos alcancen las etapas profundas del sueño necesarias para la recuperación.
El especialista enfatiza que forzar a las personas a adoptar los hábitos de sueño de otra va en contra de la práctica saludable, ya que cada uno tiene ritmos de sueño independientes. Esta perspectiva abre un debate sobre la convivencia nocturna en parejas y la búsqueda del descanso óptimo.